Una cámara hiperbárica de medio millón de euros duerme el sueño de los justos en la zona de obras del Hospital Provincial desde hace casi cinco años. El equipo, fabricado en Alemania y de 29 toneladas, llegó al centro sanitario castellonense en junio del 2011. Dadas sus grandes dimensiones (se trata de una sola pieza que no puede desmontarse) era preciso ubicarla antes de las obras. Estaba previsto que se pusiera en servicio cuando finalizara la ampliación del sótano del hospital. Unos trabajos iniciados en 2010 pero que quedaron inconclusos, hasta que el año pasado en marzo se adjudicaron las obras a la empresa Becsa y se solicitó la licencia de obras. Debían haber empezado en abril para ejecutarse en nueve meses, pero no han podido retomarse debido a que el Ayuntamiento no ha concedido aún los permisos necesarios. La consellera de Sanidad, Carmen Montón, aseguró que será cuestión de días.

Desde UGT explican que el aparato está envuelto en un plástico en el sótano del edificio y temen los estragos que la humedad pueda haber hecho en él el día en que se ponga en servicio. Un equipo que en 2011 era de última tecnología. “Alguien no calculó bien los tiempos”, indican.

En aquel momento, Castellón iba a convertirse en referente nacional y europeo por la incorporación de este equipo, que iba a permitir aumentar las posibilidades de curación y supervivencia de los pacientes afectados por un grupo de tumores especialmente agresivos y resistentes a la radioterapia que se conocen como pobres en oxígeno o hipóxicos.

Otras aplicaciones de esta equipación son en pacientes afectos por radiotoxicidad, retartos de cicatrización y patologías de trauma, cirugía vascular, reconstructiva y plástica. H