Hay un dicho popular que asegura que la fe mueve montañas. Pero si entra en escena el pico del Penyagolosa, el gegant de pedra que se alza a 1.813 metros de altitud, el viejo proverbio bien podría ser al revés: es la montaña la que mueve a la fe. Solo eso explica por qué desde tiempos de la reconquista cristiana decenas de personas se unen en peregrinación hacia el santuario dedicado a San Juan Bautista, en las faldas del imponente pico. Unas romerías únicas que trazan caminos desde diferentes municipios del interior de Castellón hasta este centro neurálgico, con consuetas y rituales propios, y que ahora luchan por abrirse paso en el mundo. ¿Cómo? Siendo declaradas Patrimonio Mundial de la Unesco. La carrera de fondo, capitaneada por la Diputación Provincial con el apoyo de más de 50 municipios y 20.000 firmas, empezó hace dos años, pero esta misma semana recibirá un importante impulso: les Corts Valencianes, por unanimidad de todos los grupos políticos, aprobarán este miércoles una declaración institucional apoyando la candidatura. Otro paso más para Camins.

Aunque el proceso se antoja largo y complejo, nadie pone en duda que Camins de Penyagolosa merece el reconocimiento mundial. Y uno de sus grandes valedores es Álvar Monferrer, escritor de les Useres, doctor en Filosofía y autor del libro Camins de Penyagolosa. Itinerario cultural a conservar. «Esa montaña, esos santuarios, esos pueblos y sus gentes fueron capaces de conservar una cultura ancestral nacida de la necesidad y asentada en el equilibrio de la naturaleza. La declaración de la Unesco es la mejor y más eficaz manera de asegurar la permanencia y funcionalidad de los antiguos senderos y medios tradicionales de comunicación que singularizaron la zona y adaptarlos a las exigencias actuales», describe el experto.

Para muchos el gegant de pedra es mucho mas que un macizo. Es una montaña sagrada. «El primero que la llamó así fue el escritor inglés Jason Webster y lo hizo en su libro La montaña sagrada. Webster quiso averiguar qué era el duende del que hablaba Goethe y que enamoró a Federico García Lorca y a Michel Foucault», recuerda Monferrer. Y a ese lugar, solitario e imponente, acuden cada año decenas de personas que mantienen vivos caminos, ermitas, leyendas y rogativas.

DE LES USERES A CULLA

La romería más conocida es, sin duda, la dels Peregrins de les Useres. Al santuario de Sant Joan de Penyagolosa se encaminan a pie cada último viernes de abril varios vecinos del pueblo de les Useres, cumpliendo un voto que efectuaron sus antepasados en el siglo XIV. Els peregrins (que son 13: un guía avanzado que hace de Jesucristo, y el resto, de apóstoles) suben a la montaña y bajan en silencio, y en algunos tramos, descalzos, con la íntima convicción de que su sacrificio les reportará una temporada de paz y lluvias copiosas. Els Peregrins, que junto a la rogativa de Culla fue declarado hace poco más de un año Bien de Interés Cultural (BIC), es la romería más importante, pero no es la única. Pese a que muchos de esos antiquísimos caminos han desaparecido, existen varios municipios que custodian celosos este bien heredado de sus antecesores. Culla es otro de ellos. Acude en peregrinación cada viernes después del domingo de la Trinidad. Xodos lo hace el sábado anterior al domingo de la Trinidad. Vistabella, el domingo de Penteconstés; y Puertomingalvo, ya en la provincia de Teruel, lo celebra el sábado siguiente al primer domingo del mes de mayo.

Antiguamente, y según ha documentado Álvar Monferrer, también Ludiente peregrinaba a San Juan pasando por Castillo de Villamalefa; y Atzeneta hacía exactamente lo mismo, el tercer lunes de Pascua. «La primera desapareció como rogativa a fines del siglo XIX. La segunda, a principios del XVIII, y fue sustituida por la actual», relata el profesor.

RUMBO A LA UNESCO

La declaración institucional que apoyarán todos los grupos políticos este miércoles en les Corts Valencianes es un paso más y de los importantes. «El apoyo unánime es de vital importancia, ya que la dotará de oficialidad a la propuesta impulsada por la Diputación», explican fuentes de la institución provincial.

Tras el respaldo del miércoles, la próxima oportunidad para Camins de Penyagolosa llegará el próximo mes de septiembre o en marzo del 2018 (no hay fecha todavía) y lo hará en Madrid. «Será entonces cuando se presente el documento en el que llevamos tiempo trabajando y el Pleno del Consejo de Patrimonio Histórico aprobará o no la inclusión de Camins en la lista indicativa», explica Juan Antonio García, director de la Cátedra Diputación de Centros Históricos e Itinerarios Culturales. Si Camins consigue estar en ese inventario de bienes a proteger deberá permanecer en él al menos un año. La última palabra la tendrá la Unesco.