l concepto de empresa buzón quizá le suene a chino a muchos vecinos de Castellón, pero los profesionales del sector del transporte se echan a temblar cuando lo oyen. Y este tipo de compañías, que tienen matriz española pero que ubican sedes en países de Europa del Este para contratar a bajos precios a conductores locales, ya han llegado a la provincia.

Así lo denunció el secretario general de la Asociación Empresarial Castellonense de Transportes de Mercancías por Carretera, Javier Zaldívar, que aseguró a Mediterráneo que ya han detectado la presencia de transportistas de países como Rumanía o Bulgaria trabajando en las carreteras de Castellón. «Se trata de una trampa que permite incorporar a las plantillas a transportistas de países donde el salario apenas llega a los 600 euros, lo que supone una clara competencia desleal, pues las firmas locales no podemos competir con esos precios tirados», argumentó Zaldívar.

PRESENCIA RECIENTE

Aunque las empresas buzón ya suponen desde hace más de un lustro un serio problema para los camioneros de los países con salarios más altos de la Unión Europea, su presencia en Castellón es más reciente. Fuentes del sector consultadas por este diario temen que esta nueva problemática perjudique a los transportistas en los próximos meses, que debido a la campaña citrícola son de los más fuertes del año. Como reconoce Zaldívar, «este tipo de compañías trabajan en todos los ramos de la economía, desde la naranja al azulejo». La preocupación es máxima, pues patronales estatales como la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España calculan que estas firmas ya copan el 25% del transporte internacional con origen o destino España. El presidente de esta entidad, Juan José Gil, tiene claro que se trata de una modalidad de «compentencia desleal» que «revienta absolutamente el mercado».

TRAMPA ILEGAL

Pese a las denuncias de profesionales y empresas del sector, España decidió no participar el año pasado en un frente común que conformaron nueve países europeos, entre ellos Francia y Alemania, para presionar y tratar de impedir esta práctica. Todo lo contrario, pues para que las empresas buzón funcionen no basta con contratar a un camionero rumano y ponerlo a trabajar en España, y es la falta de controles la que en última instancia lo permite.

La normativa establece que un transportista solo puede realizar tres operaciones por semana en un país extranjero. En la práctica, tal y como denuncian fuentes del sector, estos profesionales salen de España, pero no vuelven a sus países de origen, sino que se quedan en Portugal o Francia antes volver a entrar en el país.