Los vecinos del Raval Universitari han llevado a cabo una campaña de presentación de instancias con vistas a conseguir refuerzos y una mejora en la atención sanitaria que reciben en el consultorio auxiliar del barrio.

Así, como explicó su presidenta, Lidón de Juan, se elaboró un modelo de queja y se animó a los vecinos a rellenarla. Se recogieron 260 escritos que fueron presentados el 9 de enero por registro a las dependencias de Sanidad en la plaza Huerto Sogueros.

Los usuarios solicitan que se dote al centro auxiliar con el pediatra que falta y un médico extra. Estas instalaciones, denuncian, están sobrecargadas de pacientes e infradotadas de personal sanitario con una carga de trabajo «desproporcionada».

El centro solo tiene asignados dos pediatras y dos médicos. Su profesionalidad no se cuestiona. «Son excelentes y el trato siempre es correcto», apostillan. Además, en estos momentos solo hay dos médicos, una pediatra y un médico de familia (este último sustituye a la otra especialista infantil, que está ahora de baja).

«Atienden diariamente a un número de pacientes muy por encima del recomendable al añadir a los que tienen cita, los que acuden con alguna urgencia», dice.

Además, «el barrio tiene una de las tasas de natalidad mayores de Castellón», con lo que «el número de niños adscritos al centro es desorbitado». Muy rara vez se consigue cita de un día para otro, en muchas ocasiones se tiene una semana después de solicitarla. «Hay situaciones en las que la enfermedad, aun no siendo una urgencia, necesita ser diagnosticada y tratada lo antes posible y no se puede esperar ese tiempo», explica. Los pediatras atienden casos urgentes que llegan sin cita pero en ocasiones se desborda. Análogamente, los médicos atienden a sus pacientes, a las urgencias y a estudiantes de la UJI.

Solicitan que, aparte de dotar del pediatra que falta desde hace tiempo, aporten también un facultativo extra que dé apoyo tanto a los especialistas en medicina infantil como a los otros doctores. «Esto mejoraría la atención, sobre todo de octubre a marzo, y disminuiría las listas de espera». Muchos vecinos optan por otros centros de salud y temen una fuga de facultativos con el inminente concurso de traslados.