La campaña de la algarroba acaba de empezar y la de la almendra ya asoma en un momento en que los agricultores han comenzado a detectar un repunte de los robos en el campo, motivado especialmente por una producción a la baja y, a consecuencia de ello, el incremento de los precios de lo que no son ajenos los ladrones. Así lo ha manifestado a Mediterráneo el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, quien pone voz a la preocupación reinante hoy entre el colectivo agrícola de la provincia, el más perjudicado en la Comunitat Valenciana por este tipo de actividades delictivas.

El miedo a perder la cosecha está provocando que los agricultores de las zonas donde hay más robos recolecten la algarroba de forma más adelantada pues, por norma general, estas labores se efectúan a partir de finales del mes de agosto y durante el mes de septiembre.

Por este motivo, la Unió de Llauradors trasladará a la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana estos hechos para que las fuerzas de seguridad del Estado extremen las labores de vigilancia tanto en el campo como en cualquier vehículo o almacén sospechoso de transportar o comerciar con mercancia robada. Ante esto, Mampel ha pedido «que si no se sabe con exactitud la procedencia de la algarroba, los clientes no la compren».

ALERTA DE UN MERCADO NEGRO

La organización profesional agraria indica que los robos de este cultivo se producen porque hay «un mercado negro consolidado con compradores seguros que funciona con bandas perfectamente organizadas». Además, desde la Unió también piden que, a posteriori, se controle el origen de las algarrobas en la distribución comercial, así como la investigación de aquellos comercios o personas que, presuntamente, se dedican a comprar este producto hurtado en el campo. «Habrá establecimientos que no sepan que este fruto seco sea robado, pero hay otros muchos que sí saben de su procedencia ilícita y aún así lo compran», apunta Mampel.

Pero la cosecha de la algarroba no es la única que está en el punto de mira. Desde la asociación manifiestan que «tanto la campaña de la almendra, como la de naranja también son objeto de robo y es por eso que estamos poniendo ya sobre aviso tanto a los agricultores como a los vecinos de las poblaciones rurales».

De hecho, desde el sector se recuerda que en el peor de los casos, los robos de estos productos «han llegado a saldarse con graves incidentes». Además, señalan que «los ladrones no solo se conforman con hurtar la mercancía, sino que también se han atrevido a falsificar el Documento de Acompañamiento y Trazabilidad Agrícola (DATA) de la Conselleria de Agricultura que certifica la propiedad de los campos de cultivo». Así pues, desde la Unió claman a funcionar «como un equipo e inculcar la cultura de la denuncia colectiva para que este tipo de acontecimientos no vayan a más», apunta Mampel.

HECTÁREAS EN LA PROVINCIA

El interior de la provincia de Castellón tiene dos de los mayores campos de cultivo de la algarroba de toda España localizados en Borriol (900 hectáreas) y les Coves de Vinromà (800 hectáreas aproximadamente). Precisamente, es en estas zonas donde, según el secretario de la Unió de Llauradors, se han notado los primeros robos, especialmente en la Plana Baixa y el Alto Palancia.

Asimismo, Mampel también explica que en veinte años la provincia de Castellón «ha perdido entre seis mil y siete mil hectáreas y hemos pasado de tener 21.000 a 14.000 hectáreas de campos de algarroba».

MERCADO AL ALZA

Hasta hace poco, la algarroba, tal y como expresa Mampel a este periódico, «se consideraba como un cultivo marginal», pero desde hace unos años está siendo un complemento de renta para sus productores al empezar a ser más demandado por las empresas transformadoras, haciéndolo un poco más atractivo tanto para los agricultores como para los ladrones.

Si echamos la vista atrás, en el 2013 la Guardia Civil de Castellón imputó a un vecino de Serra d’En Garceran e imputó a otro de Vall d’Alba como supuestos autores de un delito de receptación y por cuatro delitos de robos de productos del campo. Los agentes del equipo Roca (unidad destinada a combatir esta tipología de hurtos), lograron sonados éxitos que acabaron con operaciones en la comarca de la Plana Alta.