Las cañas que se repartirán en la mañana del próximo tercer domingo de Cuaresma para la romería a la Magdalena serán más delgadas que en otras ocasiones. La falta de lluvias del año pasado ha provocado una disminución del grosor de las varas de la rogativa. Asó lo ha explicado Fernando Renau, quien siguiendo el legado familiar, es la persona que se encarga de recoger y preparar los fustes que sirven de cayado para la peregrinación del día grande de los festejos magdaleneros.