Los pasajeros que ayer iban a coger el Cercanías entre Castelló y València de las 6.05 horas no pudieron hacerlo a causa de la cancelación del tren. Tampoco los que quisieron tomar el de las 7.45 --tuvieron que esperar a las 8.10-- ni los que habían previsto subir al de las 9.20, quienes tuvieron que demorarse otros 25 minutos para realizar el viaje. Son solo tres ejemplos de un problema que en los últimos meses empieza a ser demasiado habitual, la constante anulación de frecuencias y los retrasos en el horario previsto, que han provocado asimismo un pronunciado descenso en el número de usuarios de la C-6.

En la mayoría de casos, las cancelaciones se dan a primera hora y desde Renfe las justifican aludiendo a «dificultades de disposición de material». Durante el último mes, denuncian los usuarios --a través de plataformas como Trens Dignes o Indignats amb Renfe--, se han agudizado los problemas que sufre la línea.

Y es que no hay que irse muy lejos para encontrar una nueva incidencia seria. El viernes pasado, una avería eléctrica entre las estaciones de Moncofa y Almenara afectó a un total de 15 trenes.

Todo ello está creando el caldo de cultivo perfecto para que cada vez más personas opten por medios de transporte alternativos. Así consta en el último informe emitido por la Asociació Valenciana pel Transport Públic, que cifra en ocho millones de pasajeros al año el descenso en el número de usuarios en la última década en el conjunto de la Comunitat.

La C-6 --entre Castelló y València-- también perdió pasajeros en el 2018, no llegando ni a los cuatro millones de usuarios, por los más de cuatro millones y medio del ejercicio anterior. Las obras del Corredor fueron decisivas en este sentido.

Pese a los evidentes problemas de la línea, no parece que esté habiendo por el momento mucha colaboración entre administraciones para solucionarlos. Lo denuncia el secretario general de la Unión de Consumidores en Castellón (UCE), Juan Carlos Insa: «El año pasado crearon un órgano de seguimiento sobre el tema y nos llamaron para una reunión. Desde esa fecha no nos han vuelto a llamar, no sé ni si se han vuelto a reunir».

En diciembre del año pasado, la entonces consellera de Obras Públicas, María José Salvador, y el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, anunciaron que se iba a crear una comisión para abordar y corregir este problema. De existir este órgano --no se detalló dotación presupuestaria ni se explicó cómo iba a proceder--, por el momento no ha tenido resultados.

Además de las cancelaciones, tal y como detalló la Asociació Valenciana pel Transport Públic, el viaje en Cercanías entre Castelló y València es entre 14 y 20 minutos más largo que hace 15 años. Un tren que en día laboral pase por todas las estaciones tardaba en el 2004 entre una hora y siete o 12 minutos. En el 2018, elviaje estuvo entre una hora y 21 o 32 minutos. El motivo es que de adoptar horarios anteriores, «ningún tren podría ser puntual» por el mal estado del material.