Las cárceles de Castellón se quedan sin presos. La expresión, así a bote pronto, puede parecer exagerada, pero no lo es tanto si se analizan los datos que publica Instituciones Penitenciarias. La población reclusa cae año tras año hasta el punto que, de los 2.205 internos que había en el 2009 en los dos centros penitenciarios de la provincia (Castellón I y Castellón II-Albocàsser), se ha pasado a 1.942 este año. O lo que es lo mismo, 263 menos, una caída del 13,5%.

El descenso del número de internos no es exclusivo de Castellón. En España la tendencia es la misma y la caída ha sido del 19%, desde el récord de 76.079 presos de hace siete años a los 61.614. ¿Por qué? No hay una única causa, aunque una de las principales es la reforma penal del 2010 que rebajó las condenas máximas para los delitos menores relacionados con el tráfico de drogas (principal causa de ingreso en prisión en España) y permitió que otros se castigaran con multas o trabajos en beneficios de la comunidad en lugar de cárcel. Otra de las explicaciones hay que buscarla en la agilización de las expulsiones de los internos extranjeros. «Eso ha provocado que decenas de presos hayan dejado las prisiones españolas y cumplen condena en sus países de origen», apunta Alberto Tellez, miembro de la ejecutiva nacional de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) y portavoz del sindicato en la Comunitat Valenciana. Otros expertos apuntan como tercera causa la tendencia decreciente de la criminalidad.

De los 1.942 presos que cumplen condena en Castellón, 1.287 están en el centro penitenciario de Albocàsser, el segundo con la cifra más alta de la Comunitat Valenciana, solo superado por Picassent (2.088). En la cárcel de Castellón hay 655 internos. «La situación en Albocàsser es mejor que en el 2009, al poco de inaugurarse, cuando llegaron a contabilizarse 1.500 presos. En la de Castellón se han acometido obras de reforma y eso ha obligado a trasladar internos a otros centros», argumenta Alberto Tellez.

Hay menos reclusos, pero los sindicatos siguen hablando de masificación. La ley dice que en todos los centros penitenciarios la relación debe ser un interno por celda y eso casi nunca se cumple. «En Albocàsser hay 1.008 plazas y 1.287 internos, con lo que la tasa de masificación es del 127%. En Castellón I la situación es aún peor, con 370 celdas para 655 reclusos, con un nivel de masificación de 177%», describe Tellez. Este panorama provoca que muchos delincuentes tengan que compartir célula y haya que establecer dos turnos de comida.

LO QUE CUESTA ENCARCELAR // Encarcelar a un delincuente no es barato. Este año, los Presupuestos Generales del Estado han destinado 1.150 millones de euros al funcionamiento de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, de quien depende 68 cárceles españolas (las de Cataluña son competencia de la Generalitat). La mayor parte del dinero se invierte en pagar las nóminas de los funcionarios y en el mantenimiento de los centros, pero si se divide el presupuesto destinado a instituciones penitenciarias entre el número de reclusos, la conclusión es contundente. Cada preso cuesta en España 19.000 euros al año. En Castellón, el gasto total se eleva a unos 36,8 millones anuales, 100.000 euros al día.

Cada año hay menos reos en los centros penitenciarios de Castellón y el número de funcionarios también ha evolucionado en la misma dirección. «Llevamos unos años muy malos en los que no ha habido nuevas incorporaciones, las jubilaciones no se jan cubierto y tampoco se han convocado concursos de traslados, con lo que las plantillas de los centros están muy desequilibradas», denuncia el portavoz de Acaip.

El centro de Albocàsser cuenta con una plantilla de 513 funcionarios (incluye personal de dirección, administrativo, sanitario...) mientras que en Castellón I los trabajadores ascienden a 256. La cifra, según Acaip, es insuficiente. «En 2015 el Ministerio reconoció que en Albocàsser serían necesarios otros 62 y en Castellón 20 más. Hoy la situación es mucho peor», sentencia Tellez.