Carlos Fabra está disfrutando desde ayer de un nuevo permiso penitenciario. Se trata del segundo desde que ingresó en el centro penitenciario Madrid VI Aranjuez, el 1 de diciembre del 2014, para cumplir con la prisión de 4 años, uno por cada delito fiscal a los que fue condenado.

Según ha podido saber Mediterráneo, en esta ocasión se trata de una licencia de seis días, dos más de los que disfrutó el pasado octubre, y todo apunta a que el expresidente de la Diputación y del Partido Popular de Castellón los volverá a disfrutar junto a sus hijos, nietos y familia más directa en Madrid, como en la ocasión anterior, en la más estricta intimidad. Era su hija Claudia la que se encargaba de recogerlo a las 12.00 horas tras cruzar la puerta del penal y salir a la calle.

El permiso, autorizado por la junta de tratamiento de la prisión madrileña y el juez de vigilancia penitenciaria, le fue concedido el pasado 28 de enero y era el que debía haber disfrutado en Navidad, ya que en función de su ingreso en prisión y por las fechas en las que se cumplió el cuarto de condena, aún le correspondían otros 8 días en el 2015. Sin embargo, la celebración de las elecciones generales estaría detrás de la no concesión de este permiso ordinario por parte de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, con el fin de evitar copar titulares. Y eso que, según el Código Penal, a cualquier preso que cumple condena en una cárcel en España y está calificado de segundo grado, como es su caso, le corresponden 36 días/año de régimen de libertad. Por tanto, y dentro del actual cuatrimestre, aún tiene derecho a disfrutar de otros seis días de permiso, si bien las reuniones de las juntas de tratamiento que han de autorizarlo no tienen una fecha de celebración ni periodicidad prefijada, de manera que dependen solo de la voluntad y del volumen de trabajo de la dirección de cada centro penitenciario.

TERCER GRADO // Aun así, todos los esfuerzos de la familia y de la defensa de Carlos Fabra están centrados ahora en conseguir el tercer grado penitenciario, que le daría la llave para solicitar la libertad condicional y le permitiría ir a la cárcel solo a dormir, un trámite que podría llegar hacia el mes de mayo, en primavera, que será cuando se cumple la mitad de la condena de prisión. H