Apenas unos minutos después de recibir la llamada más esperada anunciándole que será la reina de las fiestas de Castelló, Carmen Molina Ramos reconoce a este periódico que todavía no ha podido parar de llorar. Emocionada, orgullosa, feliz. Así se muestra la joven castellonense por ver «un sueño hecho realidad». «El destino ha querido que sea la máxima representante de la ciudad y para mi es un orgullo y una meta cumplida». «Estoy muy contenta e ilusionada».

«Llevar la banda verde de Castelló es un orgullo y espero con mucho sentimiento el acto de imposición, en el que ya llevaré la banda y el escudo en el pecho», reconoce. «La ciudad tenía tres candidatas a reina que, a mi parecer, éramos muy válidas para el cargo, y me ha tocado a mí. Todavía no me lo creo», asegura.

Con 20 años y a punto de cumplir los 21 la próxima semana, «este es el mejor regalo que podía recibir». Su trayectoria en el món de la festa es larga. Fue dama de la ciudad en 2019 y ocupó el trono de Tir De Colom en el 2018. Previamente, en 2009, fue madrina infantil de la gaiata 2 Fadrell, y en 2005 dama de honor.

Estudiante del doble grado de ADE y Derecho, está vinculada a los bailes regionales, a les festes de carrer y a las gaiatas desde bien pequeña, de la mano de sus abuelos, y los actos de la Magdalena que más le gustan son la primera mascletà, «porque ahí empieza la semana grande de Castelló», el desfile de gaiates «como buena castellonera», y el Vítol, «a pesar de que este es el evento con el que se cierran las fiestas». Confía en que este nuevo año que se presenta sea «muy divertido y mágico». Unos meses para guardar en la memoria cuyo primer episodio se empezó a escribir ayer tras una llamada telefónica de la alcaldesa a la que siguió una emotiva celebración con los suyos. «Mi sueño es representar a Castelló desde el escalón más alto», decía Carmen en su vídeo de presentación de candidatura. Y así lo podrá hacer a lo largo del 2020.

EXPERIENCIA // Las felicitaciones se sucedieron ayer desde primera hora de la tarde hasta bien entrada la noche en su residencia de verano, donde estuvo rodeada de familiares y amigos. Consejos y múltiples abrazos y besos para transmitir fuerza a esta máxima representante de las fiestas que toma el testigo de Natalia Palacio y que afronta el reto con mucha ilusión y ganas. Es consciente de la gran responsabilidad que tendrá en los próximos meses y confía en dejar el listón de las fiestas castellonenses muy alto.

Trayectoria y entrega no le faltan para poder hacerlo, mientras compagina el cargo con los estudios universitarios. Para Carmen Molina empieza ahora un gran año festero y una nueva experiencia que será única para ella.