El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró ayer que se está investigando el número de personas que se habrían vacunado indebidamente en la Comunitat, algo que ha cifrado en «menos de 200» y que no recibirán la segunda dosis, según confirmó el propio presidente el pasado jueves, aunque su vicepresidenta, Mónica Oltra, volvió a mostrar sus discrepancias con el dirigente socialista al asegurar ayer mismo que esa decisión corresponde a Salud Pública.

«Yo creo que no podemos ir de la teoría de la picaresca a la del desperdicio. Es verdad que probablemente alguna gente ha actuado por ingenuidad o mala fe. Pero, en este momento, en el que hay que consolidar la credibilidad del proceso de vacunación, no podemos estar con estas cosas», señaló Puig, al tiempo que remarcó que «unos cuantos no van a producir la inmunidad requerida». El presidente consideró que la decisión de no administrarles la segunda dosis «es una cuestión ética» y que «además, no se va a desaprovechar porque irá a una persona que lo necesite».

En medio de toda esta polémica por alcaldes y cargos vacunados cuando no tocaba, Compromís denunció ayer la vacunación del alcalde de Villahermosa, el popular Luis Rubio, mientras que él aseguró que él se vacunó porque contaba con la autorización de Salud Pública. El munícipe explicó que él es el administrador de la residencia de Villahermosa, donde va de forma habitual e, incluso, durante Semana Santa del pasado año estuvo durante 30 días realizando tareas «para atender a los residentes con dignidad, puesto que sólo trabajaba una tercera parte de la plantilla, ya que el resto estaba de baja por la covid».

En cuanto a a la planificación de la campaña puesta en entredicho, el jefe del Consell admitió que «probablemente se tendría que haber articulado mejor», mientras que el PP le pidió el cese del responsable de vacunación por sus «continuas chapuzas y falta de previsión».