Es duro, ingrato y sacrificado, pero cuando tiempo, cosecha y precios se alían, el campo puede llegar a ser también muy agradecido. El sector agrario, pese a las crisis, que las ha tenido y muchas, sigue siendo un motor económico para Castellón. El problema es que el motor se hace viejo y lo hace a marchas forzadas. Los intentos por rejuvenecerlo parece que no dan los frutos esperados y en la provincia la tierra sigue estando en manos de jubilados.

Que el campo está surcado de arrugas es algo que demuestran las estadísticas de ayudas europeas a la agricultura. Solo un 0,31% de los 17.186 agricultores que en Castellón perciben ayudas directas de la Política Agrícola Común (PAC) tienen menos de 25 años, según los datos analizados por el Fondo Español de Garantía Agraria (Fega), un organismo que depende del Ministerio de Agricultura. Las personas entre 25 y los 40 años perceptoras de pagos suponen otro 5%. Así, si se extiende el concepto de jóvenes agricultores hasta el límite de 40 años, en Castellón ni tan siquiera suponen el 6% del total de quienes se dedican al campo.

Las mismas cifras muestran en cambio que trabajar la tierra sí es tarea de aquellos que están en la edad de jubilación. En Castellón, los perceptores con más de 65 años significan el 42,80%, lo que significa que 7.355 agricultores tienen o incluso supera la edad legal de retiro. Esos casi 7.500 llauradors mayores de 65 años recibieron en el 2016 un total de 4,1 millones de euros, el 15% del total de las ayudas, que en la provincia ascendió a 24,6 millones.

Pero, ¿es Castellón una rara avis en España? ¿Hay más jóvenes agricultores en Lleida, Lugo o Córdoba? La respuesta es no. En el conjunto nacional la situación no ofrece grandes diferencias, aunque el problema no resulta tan grave: solo el 0,55% de los 750.193 perceptores de la PAC tiene menos de 25 años, y los que están entre los 25 y 40 suponen el 8,17%. En la provincia esos porcentajes son del 0,30 y del 5%.

UN SECTOR MASCULINIZADO // La tierra envejece y, además, está en manos masculinas. De los 17.186 beneficiarios de la PAC de Castellón, 9.808 son hombres y solo 6.574 pertenecen al género femenino. Y con las ayudas al desarrollo rural ocurre exactamente lo mismo: 297 beneficiarios varones frente a 162 mujeres.

Los datos del Fega no sorprende en nada a las principales organizaciones agrarias. «Las cifras de beneficiarios de ayudas de la PAC van en absoluta consonancia con lo que ocurre en el sector», apunta Juanma Mesado, técnico de la Unió de Llauradors i Ramaders. De hecho, y según los datos que manejan tanto la Unió como Fepac-Asaja, casi la mitad de los agricultores de la provincia tiene más de 65 años y los mayores de 55 representan el 71% de quienes se dedican a las labores del campo. Los menores de 35 años apenas representan el 4%. «Si en el conjunto nacional los datos ya son muy malos, en Castellón todavía son peor», coinciden en organizaciones agarias.

Que un agricultor de 70 ó 75 años cobre las ayudas de la PAC (el importe medio de la subvención que recibe este colectivo asciende a 562 euros) y a la vez esté recibiendo una pensión de jubilación es completamente legal.

Otra cosa es que lo ideal sería que las ayudas se destinaran mayoritariamente a aquellos que viven de su profesión. «Nos gustaría que el agricultor tuviera una pensión de jubilación digna y que las ayudas de la PAC se destinarán principalmente a los profesionales», añade Mesado.

UNA CUESTIÓN URGENTE // El relevo generacional en el campo es una cuestión urgente. Lo sabe la Unión Europea (UE), el Ministerio de Agricultura y el Consell, que en 2016, y tras años de parón, lanzó una línea de ayudas a la incorporación de jóvenes al sector. Pero los resultados fueron más bien pobres, dado que en Castellón el número de beneficiarios solo ascendió a 69. En el conjunto de la Comunitat fueron 244. «¿Son muchos o son pocos? Tal y como está la realidad en el sector, que cada año se incorporen 69 jóvenes a la agricultura y la ganadería es una buena noticia», añade el técnico de la Unió. En 2017 el departamento que dirige Elena Cebrián volvió a convocar la línea de ayudas (el plazo se cerró a mediados del pasado enero) y en esta ocasión la subvención total está dotada con 20 millones de euros.

Las ayudas de la PAC van a parar mayoritariamente a los bolsillos de los agricultores ya jubilados y, además, el peso de Castellón y de la Comunitat es muy bajo. Si España consiguió 3.561,3 millones de euros en ayudas directas de la UE durante 2016, la Comunitat Valenciana tan solo acaparó 85,7 millones de euros.