La lista negra de la violencia de género se engrosa en la provincia. El asesinato de la vila-realense Andrea Carballo --octava y última víctima mortal de la Comunitat en el 2017-- ha disparado las denuncias en Castellón y ha elevado también el celo de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Así lo confirman fuentes policiales y judiciales tras conocer el dato de que la provincia ha sumado 45 nuevas víctimas de la violencia machista en el último mes --eran 18 en el mismo periodo del año anterior--, según datos de Interior.

La protección también ha aumentado para las afectadas tras el crimen cometido por la expareja de Andrea --Víctor Llorens Jordá--, pues la provincia cuenta ahora con seis mujeres que tienen la valoración de alto riesgo, frente al único caso que había a principios de diciembre, como ya advirtió Mediterráneo.

En Castellón hay 66 féminas en riesgo medio y otras 372 en bajo. En total, son 800 los casos de violencia machista que se encuentran activos. El riesgo alto obliga a poner a las afectadas protección policial las 24 horas del día, así como a proporcionarles un teléfono móvil con el que pedir asistencia y aprendizaje de medidas de autoprotección. Además, sus agresores son sometidos a controles policiales esporádicos y pueden, si la autoridad judicial lo ordena, estar obligados a llevar una pulsera de localización.

El terminal de la víctima capta la señal de la pulsera si se quebranta la orden de alejamiento y envía un mensaje a la usuaria y, a la vez, alerta a una sala de coordinación de emergencias.

NIVEL DE RIESGO / La catalogación del nivel de riesgo la realiza de forma automática un ordenador a través de la herramienta del sistema de seguimiento integral cuando la mujer presenta una denuncia en un cuartel de la Guardia Civil o en una comisaría de la Policía Nacional. En el caso de Andrea Carballo, aunque su valoración de riesgo fue solo de un nivel medio (él la amenazó, maltrató e intentó atropellarla con su coche), su excompañero sentimental quebrantó la orden de alejamiento que le había impuesto el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Vila-real y la secuestró. A punta de navaja, la obligó a subir a su vehículo y lo estrelló minutos después contra el surtidor de una gasolinera de la carretera nacional 340, a la altura de Benicàssim.

El trágico final de la joven ha puesto en alerta máxima a las autoridades policiales y judiciales de la provincia, que miran, ahora más que nunca, con lupa los casos de violencia de género.

MÁS SENSIBILIZACIÓN / Pero esta especial sensibilización no solo se percibe entre las fuerzas de seguridad, fiscales y jueces, sino también entre las propias mujeres, que se han armado de valor en las últimas semanas para denunciar episodios de malos tratos, coacciones y amenazas.

Según explican a este diario mandos policiales autorizados, algunas de las denunciantes han llegado en los últimos días a referir en sus declaraciones que después del crimen de Andrea no querían «dejar pasar» los episodios de malos tratos sufridos.

BURRIANA // También denunció recientemente a su expareja la vecina de Burriana que el miércoles vio cómo su furgoneta --y otros cinco vehículos estacionados-- fueron pasto de las llamas. El autor de ese fuego fue, presuntamente, su excompañero sentimental, que está siendo investigado por seis delitos de daños.