La muerte de una trabajadora de un almacén citrícola de Nules por un brote de legionela, tras pasar casi un mes ingresada en La Fe, ha puesto de manifiesto los efectos de esta letal bacteria que vive en la red de distribución de agua y sistemas de enfriamiento de grandes dimensiones. Otras dos compañeras también sufrieron el contagio, pero sin mayores consecuencias. El número de casos de legionelosis en la provincia ha aumentado, registrándose 22 el pasado año, frente a los 17 del 2017, según datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de la Conselleria de Sanidad.

Esta tendencia al alza contrasta con el resto de la Comunitat, ya que en el cómputo global la incidencia de esta patología descendió, pasando de los 236 a los 2015 casos. El año pasado fallecieron a causa de la legionela dos personas en la provincia, una en el Departamento de Salud de Castelló y otra en el de la Plana.

En este último caso, se trató de una persona afectada en uno de los tres brotes que se localizaron durante el 2018 en la provincia. En concreto, en Vila-real, donde dos personas más se vieron afectadas. Hubo otro en Orpesa, con cinco casos, cuatro de ellos requirieron hospitalización, y otra casuística con dos afectados en un hotel de Castelló.

Y es que la capital de la Plana y Vila-real se encuentran entre las ciudades más pobladas de la Comunitat donde la incidencia de esta bacteria fue mayor.

Vigilancia // Para prevenir la aparición de la legionela, la Conselleria de Sanidad realiza una vigilancia de posibles instalaciones de riesgo. El año pasado había en la Comunitat 17.020 instalaciones de peligro activas en 9.622 establecimientos, entre hoteles, residencias de la tercera edad, spas y campings, entre otros. Se detectaron 2.562 incumplimientos.