Es una de las enfermedades asociadas a los perros más temida por sus efectos, pero la leishmaniasis no es solo una patología canina. Y es que cada vez más humanos la contraen. En la provincia de Castellón, el número de personas infectadas se ha duplicado en solo tres años, pasando de los 13 casos en el 2015 a los 27 del pasado ejercicio, según datos de la Conselleria de Sanidad.

Fuentes del departamento de Ana Barceló constatan este incremento, aunque aclaran que actualmente «no existe un estudio realizado sobre las causas del aumento observado en los últimos años». El reservorio habitual son los perros, aunque hace poco tiempo se ha descrito que también pueden serlo las liebres y, en menor medida, los conejos.

¿Cómo una enfermedad asociada tradicionalmente a estos animales ha pasado a los humanos? La explicación está en una especie similar a los mosquitos llamada flebótomo, que se encuentra en la zona mediterránea debido al clima cálido. Este es el vector habitual. Actúa de la siguiente manera. Pica a un perro que tiene leishmaniasis y minutos después hace lo propio con una persona a la que transmite esta patología de tipo infecciosa.

sacrificio // El reconocido catedrático de Parasitología de la Universitat de València y experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Santiago Mas-Coma, señala que el principal problema radica en la incidencia que esta patología tiene en los perros, ya que en los últimos años esta enfermedad, con tratamiento, puede no resultar mortal, aunque el animal la puede seguir transmitiendo. «Ahora los veterinarios pueden curarla, pero hay que sacrificar los perros que la tienen porque son portadores de la misma», señala el experto, al tiempo que remarca que los canes callejeros son más resistentes a esta infección que los domésticos.

Dado que los flebótomos, al igual que sus parientes los mosquitos, son vectores de transmisión de numerosas enfermedades, Mas-Coma insiste en la necesidad de que las administraciones apliquen tratamientos correctores y lleven a cabo una importante labor de vigilancia para actuar con celeridad si se da algún foco concreto. De igual modo, hace hincapié en la concienciación de la ciudadanía para evitar el contagio de la leishmaniasis y aconseja el uso de telas mosquiteras, repelentes o evitar cenar en jardines al aire libre. Las recomendaciones también van destinadas a los propietarios de perros. Por ejemplo, resulta oportuno vacunarlos, ya que ahora hay inyectables bastante efectivos, acudir a las revisiones anuales o colocarles repelentes, como son los collares o las pipetas.