El futuro de las tascas de Castelló se dilucidará en el próximo año, y depende en buena parte de los resultados de las mediciones de ruido que ya están en marcha. Si se produce una disminución considerable y sostenida de los decibelios, el Ayuntamiento podrá llevar adelante sus planes. Esto es, primero, en unos meses, declarar la zona gastronómica, y después, pasado un año, eliminar la zona acústica saturada (ZAS) y activar en las tascas un plan acústico zonal (PAZ), levantando algunas de las restricciones vigentes hoy en día. Para ello, el Ayuntamiento presentó ayer una campaña con la que busca implicar a los usuarios para que cumplan la normativa y reduzcan el ruido.

Así lo explicaron Rafa Simó, edil de Obras y Proyectos Urbanos, y Fernando Navarro, concejal de Transición Ecológica. La campaña, que tiene el lema «Tasques inclusives» y ha sido diseñada por Javier Pauner, coincide con el inicio de un nuevo proceso de mediciones acústicas. La iniciativa insta a conciliar el derecho al descanso de los vecinos con la singularidad de las tascas, e informa a los usuarios de la zona de las condiciones que exige la sentencia judicial, que permite el consumo en la calle de las tascas en torno a veladores y terrazas hasta las 22.30 horas.

NIVELES // «Si queremos recuperar la normalidad en las tascas, ni el Ayuntamiento ni los propietarios lo pueden hacer a solas», explicó el edil Fernando Navarro, «la ciudadanía ha de ser consciente de que a partir de las 22.30 las calles han de estar despejadas». Solo reduciendo el nivel de ruido el Ayuntamiento podrá cumplir su «voluntad»: «Salir de la ZAS y declarar las tascas como zona gastronómica, pero para ello necesitamos la implicación de todos».

Simó, por su parte, explicó que ya hay cinco medidores instalados en la zona (uno en el cruce de la calle Mayor con Isaac Peral, dos en la plaza Santa Clara y otros dos en la calle Vera), y que en las próximas semanas se ubicarán más en las calles Barracas e Isaac Peral. Habrá informes mensuales de mediciones. Si bajan los decibelios, «en cuatro-seis meses» el Ayuntamiento podrá declarar la zona gastronómica (se podría consumir alcohol en la calle), y si se mantienen así durante un año, salir de la ZAS (que no significaría que «todo vale», pero sí otorgaría una mayor flexibilidad en cuanto a horarios).

Esta campaña es uno de los compromisos que asumió el Ayuntamiento con los tasqueros y los vecinos de la zona.