La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, se mostró ayer contundente en el transcurso de la celebración del pleno de debate del Estado de la Ciudad al asegurar que desde el equipo de gobierno municipal «hemos respondido con decisión y responsabilidad con medidas sociales y económicas ante el capítulo más catastrófico de los últimos 45 años», en referencia al covid-19, que en la capital ha causado la muerte a 52 personas y contagiado a 1.133. Una sesión en la que no hubo ningún tipo de anuncio y en la que se materializó la renuncia del edil Rafa Simó.

Marco, quien enumeró algunas de las acciones realizadas para combatir la pandemia como la aprobación de un crédito de 20 millones de euros y su ampliación a otros 30 para permitir el aplazamiento del pago de los impuestos, afirmó que serán los ciudadanos los que evalúen el trabajo desarrollado hasta ahora «pero todas las acciones acometidas las hemos llevado a cabo poniendo a los castellonenses por encima de todo». Recordó, también, el liderazgo de Castelló y se comprometió a seguir trabajando «para progresar en la transformación de la ciudad con el PGOU y la Agenda Urbana como instrumentos clave».

Los portavoces de los tres partidos que sustentan al gobierno local, el socialista David Donate, Ignasi Garcia, de Compromís, y Fernando Navarro, de Podemos, se aliaron para poner de manifiesto las iniciativas ejecutadas durante el último año y que se han centrado en la atención a la ciudadanía en los últimos seis meses debido a la crisis sanitaria.

PRESUPUESTO

Donate recordó la gestión realizada «con honestidad, realidad, responsabilidad, transparencia y de forma activa» y recordó los 2,4 millones destinados a ayudas y prestaciones sociales en un presupuesto de 180 millones de euros que «se ha puesto al servicio de la reactivación social y económica». Destacó, asimismo, el millón de euros para hosteleros, ocio y comercio. Garcia se mostró partidario de que el covid-19 «no puede parar los proyectos del Acord de Fadrell» y destacó la implicación del equipo de gobierno con respecto a la pandemia. Además, recordó que la ciudad afronta nuevos retos de futuro. Por su parte, Navarro apostó por que el futuro de Castelló tiene que estar ligado «a los objetivos de la Agenda Urbana» y construir una ciudad «mejor donde las personas se sientan seguras». Si bien el representante podemita reconoció que no se ha llegado tan lejos «como nos hubiera gustado», sí que aseguró estar trabajando por una ciudad mucho más sostenible.

REACCIÓN DE LA OPOSICIÓN

El discurso positivo del equipo de gobierno obtuvo una respuesta contrapuesta por parte de los tres partidos de la oposición, que les reprocharon la «falta de ambición», una gestión «semiconfinada» o el retraso en aprobar los presupuestos. Para el PP, Ciudadanos y Vox, el último año ha sido nulo para el crecimiento de la ciudad al considerar que el Acord de Fadrell no ha hecho nada para progresar.

La portavoz popular, Begoña Carrasco, aseguró que «Castelló ha perdido un año entero» y que los «únicos castellonenses que están mejor que hace un año son los concejales del equipo de gobierno, que cobran un 52% más, lo que ha supuesto un gasto de otros 600.000 euros». Criticó también la «falta de liderazgo sólido y de mucho trabajo» del equipo de gobierno y dijo que han estado «seis meses desaparecidos amparándose en el mando único sin aplicar las medidas que necesitaban los castellonenses». «Han utilizado el covid-19 como excusa y Castelló aún no tiene un plan de recuperación de la pandemia», denunció.

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Alejandro Marín-Buck, afeó la falta de ejecución del presupuesto y el hecho de que el equipo de gobierno «agrandaran sus bolsillos más de un 50%». «Su gestión sigue confinada», dijo.

Finalmente, para el edil de Vox Luciano Ferrer el consistorio ha «abandonado a su suerte a autónomos y pequeños empresarios, así como al sector primario y la hostelería» con sus decisiones «caprichosas», afirmó el portavoz de Vox en el consistorio.