¿Llegan más bebés al mundo cuando hay luna llena? ¿Se trata solo de una creencia popular o tiene alguna base científica? Aunque los estudios realizados a lo largo de los años determinan que las fases lunares no influyen en el discurrir de los alumbramientos naturales, esta leyenda estuvo muy presente el pasado fin de semana en el Hospital General de Castelló con la primera luna llena del 2020.

Casualidad o no, en el centro de la capital de la Plana superaron, tanto el sábado (con seis bebés) como el domingo (con otros cinco), la media diaria de nacimientos, situada en 4,12 durante el pasado año, cuando vinieron al mundo 1.543 niños, según el Departamento de Salud.

En la madrugada del domingo rompieron aguas un total de ocho mujeres, quienes coincidieron en el centro castellonense durante la noche. Cinco de ellas dieron a luz a sus hijos en esa misma jornada y otras tres lo hicieron ya en las primeras horas del lunes, después de tener unos partos más largos.

«Fue una madrugada muy intensa. Los paritorios estaban llenos y había ocho embarazadas que habían roto aguas de golpe. A mi pareja le urgía entrar y no podía porque había overbooking. Se ve que es una situación inusual en el día a día, pero no tanto con los cambios de luna llena, o eso nos dijo la matrona», explica uno de los padres a este diario.

Sin embargo, la supuesta incidencia de la luna llena no llegó, a tener efecto ni en el Hospital de la Plana de Vila-real ni en el Comarcal de Vinaròs. En el primer centro nacieron tres bebés el sábado y uno el domingo, siendo la media diaria de 3,4, según fuentes hospitalarias. Por su parte, en la capital del Baix Maestrat tampoco hubo incremento con un parto el sábado y dos, el domingo.

En el año 2005, investigadores del Mountain Area Health Education Center de Carolina del Norte analizaron cerca de 600.000 nacimientos en 62 ciclos lunares y no encontraron diferencias significativas. En España, la Asociación Leonesa de Astronomía y el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de León estudiaron 13.000 alumbramientos y tampoco hallaron evidencias.

A ojos de la ciencia, el de la luna llena es solo un mito, aunque con mucho tirón en la calle.