Los principales servicios de transporte público de la capital de la provincia siguen lejos de igualar al número de viajeros del 2019, aunque junio marca un punto de inflexión. El autobús urbano mejoró su afluencia, aunque se queda al 60% de los datos registrados en el pasado año. El descenso en abril fue del 94%. En cuanto al TRAM, la Conselleria de Transportes informó de que la segunda mitad de junio y a comienzos de agosto se ha alcanzado el 50% de la ocupación de 12 meses atrás.

El concejal de Movilidad Sostenible de Castelló, Jorge Ribes, indica que este descenso constituye «un problema añadido para las empresas que gestionan el transporte público, ya que en estos momentos se da la paradoja de que están fletando el 100% de vehículos o cerca, pero sin recibir los ingresos por compra de billetes que en una circunstancias normales recibirían». Además, quiso recalcar «la confianza al usuario de que se realizan desinfecciones diarias y, siguiendo las medidas de precaución, viajar en el transporte público es igual de seguro que siempre».