La aprobación formal por parte del comité técnico de expertos de la Conselleria de Justicia de su opinión cualificada de que la cruz del Ribalta es un símbolo franquista el día 27 supone un trámite más hacia su retirada.

Una vez se apruebe el dictamen, que no es vinculante, lo previsible es que otra comisión, la de coordinación, incluya ya el monumento en el listado de vestigios del franquismo, de modo que el Ayuntamiento de Castellón espera recibir en los primeros días de julio la documentación, por lo que prevé activar la toma de decisiones sobre el futuro de la cruz en el próximo mes, informaron fuentes municipales.

Un primer paso, imprescindible para continuar con el proceso es la elaboración de un proyecto sobre qué hará el consistorio en la ubicación de la cruz cuando esta se haya retirado.

Las mismas fuentes señalaron que es preceptiva la presentación de ese proyecto ante la Conselleria de Cultura para que esta emita formalmente el dictamen favorable (que ya adelantó verbalmente) a quitar el monumento del Ribalta, una zona que tiene la condición de BIC (bien de interés cultural). Otra cuestión que también es preciso que aborde el Ayuntamiento es qué hará con el monumento una vez que se retire de su lugar actual.

En este sentido, como publicó Mediterráneo, aunque no hay un plan preciso todavía, sí se contempla uno de los dos cementerios de la ciudad de Castellón como posible destino de la cruz.

En todo caso, ya que no hay consignación presupuestaria para el proyecto este año, la previsión es que no se materialice el traslado al menos hasta el año 2018, ejercicio en el que se incluiría en las cuentas locales.