La remodelación de la avenida Enrique Gimeno, a la que todavía hay castellonenses que conocen por ser la antigua N-340 y la mayoría por el porte de sus imponentes plataneros de sombra, inicia la cuenta atrás. El Ayuntamiento de Castellón ha adjudicado las obras de adecuación del tramo entre las avenidas de l’Alcora y Ribesalbes que dotarán de aceras y un carril bici a uno de los accesos más transitados de la ciudad. Todo, manteniendo el patrimonio arbóreo.

La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, ha subrayado “la importancia de esta intervención urbana que acerca barrios, cose ciudad y conecta equipamientos como las pistas de Gaetà Huguet o la piscina olímpica con la avenida l’Alcora y su entorno residencial. Además, plasma el nuevo modelo de ciudad más sostenible y amigable en el que se pasa de una movilidad concebida casi en exclusiva para los coches a una movilidad compartida con más protagonismo peatones y ciclistas”.

El Ayuntamiento de Castellón ha adjudicado a Pavasal esta remodelación por 649.000 euros, lo que supone una baja del 11,11% y un ahorro de más de 103.000 euros sobre el presupuesto de licitación. El plazo de ejecución es de seis meses a partir de la firma del acta de replanteo, según ha detallado el concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó. Esta obra corresponde a las inversiones financieramente sostenibles, que este año supondrán una inversión de 5,1 millones de euros.

Marco también ha explicado que “esta adecuación acabará con la ordenación que aún mantiene de carretera nacional, solo con calzada y arcenes 24 años después de su desvío, para convertirse en un vial urbano con aceras y carril bici que favorezca los desplazamientos a pie o en bicicleta de una manera segura”. La alcaldesa ha destacado que son numerosas las personas que a diario recorren este avenida caminando o en bicicleta por un arcén “por lo que esta remodelación contribuirá a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y fomentará una movilidad más sostenible”.

Además, según ha explicado la primera edil, la ejecución se hará siguiendo los criterios de adecuación a las directrices marcadas por el plan director del bulevar de la Plana, redactado por la Conselleria de Vertebración del Territorio, que con una longitud de 5,5 kilómetros conectará Castellón, Almassora y Vila-real. Para ello, se genera un recorrido ciclista y peatonal en el lado montaña y en el otro margen se habilita una acera, se ha prescindido de la mediana prevista inicialmente y se han dispuesto los árboles en alcorques para garantizar una anchura de aceras superior al 1,20 metros.

De esta manera, cuando en el futuro se obtenga el suelo hasta los 30 metros previstos para este tramo de la avenida Enrique Gimeno y se proceda a la ordenación conforme al plan director del bulevar, se mantendrá la parte central -entre árboles- que ahora se remodela y se dispondrán en cada margen las calzadas laterales, nuevas aceras y los servicios de agua, saneamiento y drenaje.

Por su parte, el concejal Rafa Simó ha añadido que la intervención también repercutirá en la mejora de la seguridad y en calmar el tránsito. Así, ha explicado que se habilitarán tres pasos de peatones, uno de ellos elevado en la zona central del tramo, para “reducir la velocidad de circulación y que peatones y ciclistas ganen seguridad”. Los otros dos pasos de cebra se ubicarán junto a la rotonda de la avenida de l’Alcora, donde ahora solo hay paso para ciclistas, para mejorar la movilidad peatonal de estos barrios y, el otro, en la intersección con la avenida de Ribesalbes -donde ahora no existe- y estará regulado por semáforos.