La provincia apenas produce naranja y clementina ecológica a pesar de la demanda que existe en Europa. Los datos del Comité d’Agricultura Ecológica de la Comunitat señalan que actualmente solo 59,19 hectáreas están certificadas para vender cítricos bajo parámetros sostenibles. Aunque la cifra ha aumentado un 21% sobre el año anterior, es una cantidad ínfima: solo significa el 0,16% del total de la superficie de cítricos en la provincia (36.510 hectáreas); el 4% de los cítricos ecológicos de la Comunitat (1.560 Has.) y el 1% de la superficie ecológica provincial (5.556 Has.).

Esto demuestra que este cultivo sostenible está prácticamente paralizado en Castellón, mientras otros tienen algo más de tirón (no mucho más) y, sobre todo, sí se produce más naranja en otros puntos. Hay varias razones que explican la inactividad ecológica citrícola provincial. “Hay pocos agricultores profesionales; sumado al minifundio y a la falta de ayudas, lo explica”, dice Héctor Molina, presidente de la sectorial de Jóvenes Agricultores de Fepac y experto en cultivo ecológico.

El hecho de que en Castellón los huertos sean pequeños es un verdadero problema porque la línea de árboles contigua a un campo convencional no puede ser certificada como ecológica.

Y esto es una lástima. Como explica Molina, “no es que sea el futuro, es el presente. La demanda cada año se dispara en Europa”. En la campaña pasada, España no pudo cubrir 1.000 toneladas de cítricos ecológicos que se le habían solicitado, indica.

Además, los precios son infinitamente mejores. Un kilo de clemenules ronda los 60 céntimos en campo, más del doble de lo habitual; mientras el coste de producción no aumenta excesivamente. Molina lo cifra en “un 15 ó 20% más”. “Nos tenemos que poner las pilas”, máxime cuando cada campaña la clemenules tiene difícil lograr beneficios”. H