El Ayuntamiento de Castellón ha presupuestado dos nuevos huertos urbanos sociales dentro de las inversiones financieramente sostenibles --que todavía no están licitados--, con el objetivo de paliar la demanda procedente de todos los distritos de la ciudad.

Fuentes de la Concejalía de Agricultura afirman que el funcionamiento «está siendo bueno por parte de los usuarios y por parte de las personas encargadas de su gestión». Y lo corroboran las asociaciones de vecinos, que son las que coordinan los usuarios de cada parcela, al asegurar que «hay mucha lista de espera en todos los distritos». El presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Castellón (Coasveca), Francisco Cabañero, reconoce que «hay mucha demanda, en los distritos norte y este, en la zona de Tombatossals y en el Patronat d’Esports, sobre todo entre los vecinos del Primer Molí y en el distrito oeste, donde parece que irá uno nuevo».

Al margen de los que tienen previstos activar desde la Concejalía de Agricultura, los vecinos insisten al Ayuntamiento en la redacción de una ordenanza municipal que obligue a adecentar los solares abandonados y sucios que hay en la ciudad para destinarlos a huertos urbanos. «Sería un bien para los ciudadanos que quieren trabajarlos y ahora no pueden porque no hay suficientes huertos y para el bienestar de la ciudadanía, porque estas parcelas estarían limpias», valora el representante de los vecinos.

MÁS DE 300 PARCELAS // Castellón dispone en estos momentos de seis huertos urbanos municipales en diferentes distritos de la ciudad, que suman más de 15.000 metros cuadrados. Están ubicados en la calle Triana (Grao), Fernando el Católico, grupo San Lorenzo, calle Onda, calle Juan Herrera (Primer y Segon Molí) y el huerto Perot de Granyana. En total, suman más de 300 parcelas individuales de cultivo, que gestionan directamente las asociaciones de vecinos de la ciudad.

Los huertos urbanos son una forma de educación ambiental a través de la recuperación del contacto con la tierra y la práctica de la horticultura ecológica, contribuyendo al aumento de la biodiversidad mediante la recuperación de variedades locales.

El objetivo de los ciudadanos que los trabajan es obtener productos de calidad con destino al autoconsumo. Además, periódicamente se han realizado cursos por parte de trabajadores de la Cooperativa Agrícola San Isidro para formar a los vecinos. H