La provincia de Castellón ha cerrado un año trágico en siniestralidad viaria. El número de muertos en accidentes de tráfico se ha incrementado en un 60%, al pasar de 23 en el 2015 a 37 en el 2016, según se desprende del balance provisional hecho público ayer por la Jefatura Provincial de Tráfico. Los fallecidos en trayectos interurbanos han pasado de 20 a 31, mientras que los decesos ocurridos en vía urbana se han duplicado, de los 3 del 2015 a seis en el 2016.

En cifras globales, los siniestros han aumentado un 12%, sumando, en total, 2.486. De ellos, 779 se han saldado con víctimas (+9%) y en 1.707 no ha habido heridos (un 11% más respecto al 2015).

El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Antonio Pertegaz, relaciona el alza de la accidentalidad con la recuperación económica, ya que se ha incrementado la movilidad. Asimismo, advierte de que hay «una bajada de la guardia de los conductores». Y es que, a su juicio, «tras la implantación del carnet por puntos se produjo una importante reducción de la mortalidad, pero ese efecto se está agotando y hacen falta más medidas». Por ello, para disminuir estas cifras propone «incrementar las medidas de vigilancia en carretera, especialmente en las vías convencionales, donde más accidentes se producen», e «invertir más en educación y formación».

Tiende la mano a la Conselleria, que la semana pasada presentó su plan director, para la intervención de los profesores de autoescuela para formar en los centros escolares en materia de seguridad vial, e insiste en «la necesidad de ofrecer un reciclaje a los conductores de 40 a 50 años», para lo que brindó la «colaboración estrecha» entre centros de reconocimientos, autoescuelas y Tráfico. A nivel autonómico, los datos provisionales hablan de un 20% más de fallecidos, con 116 víctimas durante el 2016.