El proyecto estrella de la almendra castellonense, la inversión en Argentina en una gran área de producción y un centro de procesamiento de este fruto seco, toca definitivamente a su fin. Fruits Secs Desarrollo Internacional SL (Frusi), la empresa que gestionó durante varios años esta iniciativa anunciada a bombo y platillo en sus inicios, entra en la recta final para su liquidación, una vez que está a punto de presentar el concurso de acreedores.

Lo más curioso del caso es que el proyecto ha sido un auténtico fiasco en los años en que la almendra ha registrado mejores cifras de cotización debido a su llegada a los mercados asiáticos.

Y la razón está en que la zona de cultivo de Mendoza, de 1.000 hectáreas, nunca ha llegado a estar en plena producción debido a diferentes problemas. Así, el año de mayor recolección se obtuvieron unos 300.000 kilos, cuando en su día se estimaron entre 4 y 4,5 millones de kilos. Además, según diferentes fuentes, el proyecto argentino era «un pozo sin fondo» en cuanto a inversión.

No en vano, tras la plantación se reconvirtieron 650 hectáreas al regadío para evitar las heladas tardías y las 350 restantes estaban preparadas para dar también este paso, pero finalmente los socios se echaron atrás.

desencuentros // No era la primera vez que esto sucedía, Intercoop, bajo cuyo paraguas nació el proyecto, dio un paso al lado con el cambio de presidencia hace varios años. Su rama de frutos secos, liderada por Juan Cantavella, se escindió e insistió en la iniciativa con la creación de Corporació Agroalimentària de Castelló i Alacant, donde además de las cooperativas también se integraron Importaco y Turol Trading (después Grupo Tervalis), con un 20% del capital social cada una. Posteriormente se sumó Aceitera General de Deheza, una de las mayores empresas suramericanas del cultivo y tratamiento del cacahuete y la soja.

Pero ya el año pasado el principal banco creditor, el argentino Macro, se quedó con la finca, después de que los socios decidiesen no seguir adelante con los pagos del préstamo hipotecario, frente a la intención de los entonces rectores de seguir invirtiendo. También entonces se cambió de equipo directivo de Frusi.

Ahora, y con una deuda «importante», según varias fuentes, la entidad se dirige a la liquidación tras 11 años de vida.