El Ayuntamiento de Castellón aprobó ayer, casi al límite, las ordenanzas fiscales del impuesto de bienes inmuebles y de la tasa de recogida de basuras que ya estaban incluidas en los presupuestos aprobados la semana pasada. Lo hizo después de que la federación vecinal de Amalio Palacios presentase alegaciones en el último día (el del pleno de presupuestos). Unos requerimientos que fueron desestimados, como también dos «peticiones», ya que no eran «alegaciones formales», señaló el concejal de Gestión Municipal, Antonio Lorenzo.

Sus demandas pedían que la tasa de basuras se integrase en el cobro del IBI; que este subiese un 5% a los inmuebles no residenciales de mayor valor; la bonificación de un 30% para los edificios sociales sin ánimo de lucro; y la equiparación de las familias monoparentales a las numerosas para que recibiesen también estas bonificaciones (a este último apartado se referían las dos peticiones, mientras las alegaciones de Palacios se referían al resto).

Pero los 13 votos del equipo de gobierno y de Castelló en Moviment (no estuvieron Rafa Simó ni Verònica Ruiz) hicieron insuficientes los 12 de la oposición.

Esto motivó las críticas por la falta de diálogo de PP y Ciudadanos. Pérez Macián acusó al bipartito de no ser «transparentes ni dialogantes» al aceptar peticiones vecinales y Vicente Vidal censuró que hagan «oídos sordos a lo que venga de fuera de su triunvirato». Como réplica, Lorenzo indicó que son «las primeras ordenanzas fiscales en que han tenido voz todos los grupos políticos».

Desde el PP y C’s también criticaron que el nuevo marco fiscal solo busca recaudar más. Sobre esto, el edil popular Carlos Feliu censuró que el presupuesto municipal aumente en 11 millones hasta casi 171 para «repartir» dinero. Feliu encontró la réplica de la alcaldesa, Amparo Marco, que señaló que el incremento del presupuesto busca ««crear empleo».

En el debate, Lorenzo indicó que las alegaciones se remitirán «al grupo de trabajo de ordenanzas fiscales» para que estudie incluirlas para el 2018 y que el 2 de enero se remitirá un escrito para la revisión del valor catastral, de forma que no siga creciendo.