De nacionalidad española, y entre los meses de julio y agosto. Este es el perfil típico del turista que acude a la provincia de Castellón. Algo que permanece invariable en las últimas décadas, aunque desde hace un tiempo hay datos que apuntan variaciones. Uno de ellos es el interés del visitante procedente de fuera de nuestras fronteras, y en una época tan complicada para los empresarios como los meses de otoño, que están considerados como de temporada media y baja.

Los últimos números disponibles de ocupación recopilados por el Instituto Nacional de Estadística revelan un auge de este mercado. En el caso del mes de octubre, fueron 231.959 las pernoctaciones entre las diferentes modalidades de alojamiento, lo que supone un incremento del 18,68% respecto al mismo periodo del año anterior. El cámping lideró con claridad, con 122.572 plazas ocupadas y 12.088 visitantes, aunque se dieron también incrementos espectaculares en apartamentos y hoteles. En el primero de estos segmentos, la evolución fue de casi el 36%, al pasar de 21.228 pernoctaciones del mismo mes del 2018 a las 28.839 del actual ciclo.

En cuanto a los establecimientos hoteleros, ya están disponibles los datos correspondientes a noviembre, que reflejan una tendencia positiva. En este 2019 hubo una subida del 4,27%, con 21.406 pernoctaciones y 10.710 visitantes; mientras que en octubre la evolución fue del 18%.

DIVERSIFICACIÓN / A la hora de valorar estas cifras, el vicepresidente de Ashotur, Luis Martí, mencionó que el número de personas que optan por Castellón para conocer sus encantos «es todavía pequeño, pero comprobamos que vamos en la dirección adecuada». Para el representante de la principal organización turística de la provincia «no hay que desdeñar al público nacional, pero a partir de septiembre cae en picado, y por ello es muy interesante tener unas vías para la diversificación». Martí añadió que la capacidad de atraer a gente que vive en países más fríos --especialmente en esta época del año-- «es una ayuda para la consolidación del empleo y la riqueza del sector». En cuanto a los intereses que persiguen, «no solo buscan en sol y playa, sino que quieren la exigencia en aspectos como la gastronomía, los atractivos del interior y las tradiciones», expuso el dirigente de Ashotur. Un conjunto de factores que Castellón «está en condiciones de aportar».

Desde el Patronato Provincial de Turismo, su gerente, Virginia Ochoa, expresó que el aumento de extranjeros «se da de manera constante desde hace unos 10 años, y datos como estos dan una idea de nuestra fortaleza», especialmente en el caso de aquellas personas que optan por el cámping, «el subsector que está más desestacionalizado, y que cuenta con clientes que acuden en temporadas largas», detalló.

En referencia a los principales países de procedencia, Francia ocupa la primera posición. Ochoa comentó «la facilidad que tienen para llegar en carretera, aunque también hay un incremento del Reino Unido, con las nuevas oportunidades que presta el aeropuerto».

ESTRATEGIA / Es precisamente la instalación de Vilanova d’Alcolea la que centra un buen número de recursos para que las cifras aumenten en los años venideros. Para ello, en el 2020 el Patronato invertirá más de 200.000 euros en cada una «de las áreas de influencia de los principales aeropuertos que tendrán conexión con Castellón», recordó Ochoa. Es el caso de Londres (tanto en Stansted como la nueva línea con Luton), Marsella y Viena.

Aunque la provincia está lejos de destinos tan consolidados para el visitante foráneo como Baleares o Canarias, las fuentes consultadas destacan que se va por el buen camino, para que en unos años varíe la actual proporción del 80% de personal llegado desde el mismo país y 20% del extranjero; así como limitar la dependencia del sol y playa.