El enfriamiento económico, que ya se deja notar en todos los sectores de la actividad, provocó una ralentización del ritmo de creación de empresas en el último cuatrimestre del 2018 que lastró un balance anual que presenta una caída del 4,3% con respecto al 2017. Pese a ello, en la provincia se constituyeron el año pasado 946 sociedades, solo 46 menos que el ejercicio anterior, lo que los expertos creen que tiene mucha relación con el deterioro económico que se observa no solo en España sino en todo el mundo. El ejercicio actual ha arrancado incluso mejor, pues en los dos primeros meses se han creado 228 firmas, por las 184 del 2018.

El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana en Castellón, Sebastián Pla, indicó que el «estancamiento» en el ritmo de creación de firmas es otro indicador que, junto al PIB, «apunta a una cierta ralentización». No obstante, recordó que aunque el 2017 se constituyeron más empresas que el pasado 2018, el número total de sociedades en Castellón sigue creciendo, pues en la actualidad existen 39.800, prácticamente 300 más que hace dos años.

El presidente del Colegio de Economistas de Castellón, Jaime Querol, también confirmó, en sintonía con los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística, que en el último cuatrimestre la actividad económica mostró una «atonía» que tiene mucho que ver con la incertidumbre internacional. «Procesos como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el brexit o el creciente proteccionismo han podido afectar a la actividad económica y la creación de mercantiles en los últimos meses, pese a que en Castellón el tirón de la demanda nacional ha permitido que este indicador se resienta poco hasta final de año», indicó Querol.

Las fuentes consultadas creen que ni la diferencia entre las empresas inscritas en el registro mercantil ni las 337 sociedades disueltas (diez menos que el año previo) son indicadores suficientes para temer una nueva crisis, aunque sí creen que evidencia que la coyuntura económica «no es la más favorable». Así lo dijo un Pla que apuntó que la tendencia «se mantendrá y costará recuperar el nivel de constitución de mercantiles precrisis».

INESTABILIDAD // Por su parte, tanto Querol como el economista Enrique Domínguez explicaron que otro elemento que tampoco ayuda a los emprendedores a lanzarse a la piscina es la inestabilidad política. «La falta de presupuestos, por ejemplo, genera mucha incertidumbre, pues de ello dependen muchas ayudas vinculadas al autoempleo», apuntaron.

Pese a que la Encuesta de Población Activa reflejó a final del 2018 un incremento de 2.100 personas con respecto a los datos del ejercicio anterior, los expertos advierten de que la tendencia al autoempleo, que experimentó un boom después de la crisis, va a la baja desde hace un tiempo. «Aún con el repunte del año pasado, la mejora del empleo por cuenta ajena de los últimos años ha provocado que muchos parados que hace unos años veían en la constitución de pequeñas empresas una salida a su situación olviden esta opción», dijo Domínguez.