Establecida la premisa, esto es, que la naranja sudafricana y la egipcia tienen cada vez más peso en el mercado citrícola europeo pese a la falta de controles sanitarios en origen, es momento de que las administraciones tomen las medidas oportunas. Es la petición que hacen desde las organizaciones agrícolas de Castellón, una vez se ha conocido que los datos del observatorio de cítricos recién creado por la Comisión Europea, como publicó ayer Mediterráneo, coinciden con los de los estudios llevados a cabo desde la provincia a este respecto.

El Ejecutivo europeo y el central son los principales señalados por no haber atendido a sus reivindicaciones. «Desde el Ministerio de Agricultura no han hecho caso ni han presentado informes contundentes», se lamenta Carles Peris, secretario de la Unió de Llauradors. Y es que incluso la ministra de Economía, Nadia Calviño, negó en diciembre del 2018 en el Congreso que la naranja sudafricana inundara el mercado e influyera en los precios.

muy tarde // También el presidente de Intercoop, Juanvi Moros, se pregunta «por qué han tardado tanto en darnos la razón desde Europa; es una barbaridad».

El peligro, coinciden ambos, es la posibilidad de introducción de nuevas plagas en territorio europeo. De hecho, la Unió dio a conocer esta semana que hasta octubre, los puertos de la UE interceptaron un total de 124 envíos procedentes de terceros países con cítricos infestados de plagas y enfermedades, un 17% más que en todo el pasado año.

Es por ello que, aunque «uno no puede negarse a que otros exporten», como aclara Moros, sería necesario que se incrementaran los controles fitosanitarios a estos países y que se introdujera el tratamiento en frío que se aplica en Castellón y que encarece todo el proceso. «Nos cuesta mucho dinero llegar a todos los países», indica Peris. A los productores de Sudáfrica y Egipto, no tanto.