La provincia de Castellón despedirá un año marcado por las malas noticias relacionadas con la pandemia, pero también dirá adiós a un 2020 que deja buenos pronósticos en cuanto a reservas hídricas se refiere. Un aspecto que resulta fundamental para alejar el fantasma de la sequía y permite respirar tranquilo al sector agrícola de la provincia con el riego asegurado. Y es que este ejercicio ha sido el más húmedo en la provincia desde 1989, es decir, desde hace 31 años, con una precipitación media provincial un 42% superior a lo normal, según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología.

Y es que los embalses importantes para los regantes de la Plana, en cuanto a capacidad se refiere, Arenós y Sitjar, cuentan con unos niveles de agua acumulada que permiten tener el agua asegurada, al menos, «hasta el próximo verano», según explica el presidente del Sindicat d’Aigües del Millars, Enrique Font.

En este sentido, Font resalta que si, como es normal en el calendario meteorológico, llueve en los meses de marzo o abril, las reservas estarán aseguradas durante todo el 2021, lo que comporta una gran tranquilidad para la agricultura. «Contamos con agua suficiente, estamos tranquilos en cuanto al futuro, porque llevamos entre cuatro y cinco años que son buenos en cuanto a precipitaciones en nuestra zona», señala Font.

De todos modos, el presidente del Sindicat d’Aigües del Millars afirma que hay un aspecto negativo que sí está influyendo en el caudal habitual como es el hecho de que, en los últimos años, se está acumulando menos nieve para el deshielo en la Sierra de Gúdar, en la provincia de Teruel, donde nace el río Millars. Un deshielo que resulta clave para garantizar un caudal continuo, tanto a nivel de suministro como medioambiental para mantener la flora y fauna.

Desembalse

La cantidad de agua acumulada en Arenós y Sitjar fue tan elevada que la Condeferación Hidrográfica del Júcar ha tenido que desembalsar en varias ocasiones para asegurar el llamado resguardo máximo de seguridad, es decir, para que haya suficiente capacidad en caso de que llueva o se produzca una posible avenida de agua torrencial.

Y es que la capacidad y estructura de ambos pantanos, los más destacados de la provincia en cuanto a capacidad se refiere, solo permiten garantizar reservas para un año vista, de ahí que haya que efectuar desembalses técnicos y no se puede acumular más cantidad. Tras obras menores, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tiene pendiente acometer dos proyectos millonarios en Arenós y María Cristina para mejorar el estado de ambos embalses.

Ulldecona

Si se observa el parte más reciente del estado de los embalses, destaca el hecho de que el pantano de Ulldecona está al 82,98% de su capacidad, mientras que el año pasado por estas mismas fechas se encontraba en el 8,31%. Este embalse es el que se encarga de abastecer las necesidades hídricas del norte de la provincia, que ha sido la zona más afectada por la sequía en los últimos años, especialmente, la comarca de Els Ports, donde en verano algunos municipios, así como ganaderos han tenido que recurrir a cubas de agua.

Y es que las precipitaciones recogidas durante este año han sido cuantiosas en esta zona de la provincia, lo que ha permitido tener garantizado el suministro.