Con menos afluencia de fieles a los cementerios que otros años. La impronta del puente festivo y la bonanza climatológica, que llevó a muchos castellonenses a abandonar la ciudad en busca de las playas y del campo, marcó una fiesta de Todos los Santos en la que una vez más se recordó a los seres queridos fallecidos, en medio del silencio y del respeto.

Una fiesta en la que, de nuevo, se celebró la eucaristía en la explanada de acceso a la necrópolis de San José, que fue oficiada por el párroco de la Santísima Trinidad, José Luis García, con el acompañamiento musical del coro parroquial. Organizada por el Obispado, la función religiosa contó, a título particular, con los concejales del Partido Popular Carlos Feliu y Vicent Sales y el edil de Ciudadanos, Manuel Gabriel Paduraru, ya que no se trataba de un acto oficial del consistorio. El oficiante recordó la trascendencia de la fiesta litúrgica del 1 de noviembre para la Iglesia católica «con la esperanza de la vida eterna y de la resurrección», y apeló a las palabras de San Agustín: «Una lágrima se evapora, una flor se marchita y solo la oración llega hacia Dios».

Más tarde tuvo lugar el homenaje a las víctimas de la represión franquista en el antiguo cementerio civil, con la presencia del equipo municipal de gobierno, encabezado por la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, organizado por el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica, y al que se sumaron también concejales del PP y Ciudadanos.

La concejala de Cultura y portavoz del gobierno municipal, Verònica Ruiz, agradeció el intenso trabajo que están ejecutando el Grup de la Memòria Històrica, «que nos ha permitido conocer una realidad que nunca nos enseñaron ni en los colegios ni en los institutos», y lamentó que a pesar de los esfuerzos que se están realizando «aún falta mucho por hacer para cumplir la ley y dar el permanente homenaje que se merecen miles y miles de ciudadanos que dieron su vida por la libertad y la justicia».

DEL OLVIDO Y LA INDIFERENCIA // / La alcaldesa, Amparo Marco, que citó a José Saramago en su parlamento, «la memoria histórica hay que difundirla porque se empieza con el olvido y se acaba en la indiferencia», clausuró el acto recordando a quienes fueron «víctimas de la violencia irracional y despiadada, mujeres y hombres que dieron su vida por una causa llamada libertad». «Socialistas y republicanos que creyeron en una sociedad basada en ideales de justicia e igualdad», dijo. «Todas las familias de Castellón tienen el derecho de llorar a sus muertos con la dignidad que se merecen”, concluyó Marco.

Mientras, los castellonenses recorrían los dos cementerios que presentaban un deslumbrante aspecto con flores y silencio. Día de difuntos entre la evocación y los sentimientos. H