Los azulejos y los cítricos son los productos que más se exportan al mundo desde la provincia de Castellón, pero más allá de estos enseres, uno de los valores que destacan sobre manera en esta tierra es sin duda el de su patrimonio humano. Como muestra presentamos los casos de Pilar Pardo y Maite Vidal, dos profesoras de la ‘terreta’ que están haciendo las Américas y dando clase en Houston (Texas) y Palm Beach (Florida), respectivamente.

Ambas docentes entraron dentro del Programa de Profesores Visitantes que arrancó en 1986. Cada año Estados Unidos solicita a España unos 500 maestros para llevar a cabo un proyecto de educación bilingüe en inglés y castellano -“todas las materias se imparten al 50% en cada lengua”-, y para esa convocatoria se presentan unas 2.000 solicitudes. Después de superar varios procesos de selección, Pilar y Maite decidieron cruzar el charco cambiando así durante un tiempo el Armelles de Castelló y el Trescaire de La Pobla Tornesa, respectivamente, por dos centros estadounidenses: «Estábamos encantadas en nuestros colegios, pero teníamos ganas de vivir esta aventura y no nos hemos arrepentido».

Pilar Pardo, con sus alumnos de Houston (Texas).

Las dos profesoras recomiendan a todos los profesores interesados pasar por esta «experiencia increíble», aunque no ocultan las dificultades que tuvieron en sus primeras semanas: «Los comienzos fueron muy duros a nivel físico, psicológico y económico. Entre la diferencia horaria y lo cansadas que estábamos, a veces no teníamos ganas ni de hablar con nuestras familias».

Maite relata que pasaba «de diez a doce horas cada día en el colegio sin entender qué es lo que pretendían» de ella. La borriolense afirma que pasados un par de meses hizo «un click y todo cambió». De hecho, a diferencia de Pilar, que ha decidido ya que este periplo solo durará un curso escolar, Maite podría prolongar su estadía: «Lo decidiré en marzo o abril. Aquí mi familia me pide que vuelva, pero no quiero que mi decisión final esté condicionada por nadie».

La situación personal de Pilar es diferente a la de Maite, pues dejó marido e hijos en Castelló para viajar a EEUU: «Hacía años que tenía ganas de hacer esto, pero hasta que mis hijos fueron mayores no lo llevé a cabo después de madurarlo con mi esposo, que fue y es mi principal apoyo. Estaba indecisa por dejar a la familia, pero las cosas pasan por algo», asegura.

Maite Vidal y Pilar Pardo, en la entrevista realizada en la redacción de Mediterráneo.

Preguntadas por el sistema educativo estadounidense coinciden en señalarlo como «muy diferente al español; con cosas buenas y otras no tan buenas». Ellas son maestras de infantil y primaria, y destacan «el nivel competitivo que existe entre alumnos. Con cinco años hacen exámenes de diez hojas y después cuelgan las notas en los pasillos». Por el contrario, a Pilar le gusta «la cantidad de mensajes motivacionales que te encuentras en la escuela», mientras Maite subraya «el sistema de trabajo por grupos, que van rotando cada 15 minutos. Es decir, unos pocos niños leen, otros escriben, otros hablan y otros leen. Como hacen las tareas conjuntamente es más fácil dirigirte a ellos».

Sí añaden que en el sistema americano «los niños apenas hacen tareas manipulativas, ni pintan, ni salen al patio», pero recomiendan pasar por esta experiencia a otros compañeros «siempre que estén fuertes, viajen con la mente abierta y sin la idea de cambiar las cosas porque no lo podrán hacer». No ocultan también que la experiencia les está permitiendo “viajar por todo el país, que es fascinante, conocer gente muy interesante y ser más fuerte a la hora de superar las adversidades que te surgen”.

Maite asegura también que “los niños en Estados Unidos, como en el resto del mundo, son adorables”, pero no oculta la barrera cultural: “Aquí por ejemplo está muy mal visto poder dar un abrazo a un alumno. No hay contacto apenas tampoco con las familias, los padres vienen a dejarlos y a recogerlos, pero apenas hablan con los profesores”. Pilar, por su parte, subraya la supervisión del centro al docente: “Es habitual que el director, jefe de estudios o psicólogo vengan mientras estás dando la clase para ver si los alumnos están atentos”.