La cultura del carajillo se vive en Castellón y su consumo no pasa de moda. Esta bebida autóctona será la protagonista en 64 establecimientos durante la celebración de la primera Ruta del Carajillo de Castellón, del 15 de febrero al 3 de marzo.

Con este motivo, el Ayuntamiento convocó ayer una carajillada popular en Santa Clara que tuvo un «éxito absoluto», según valoró la concejala de Turismo, Patricia Puerta. La jornada comenzó con un show cooking, en el que tres expertos con una extensa carrera profesional (Sergio Rodríguez, del restaurante Mediterráneo del Grao; Javier Salgado, jefe de sala de Ataula Gastrobar; y Andrés Benages, chef de la pastelería Benages), mostraron en directo el proceso de preparación del carajillo tradicional, explicando al mismo tiempo a los presentes los secretos de esta bebida tricolor. Ciento cincuenta litros de carajillo se repartieron entre el público. «Estamos orgullosos de enseñar lo que llevamos haciendo toda la vida, es muy importante la labor del personal de sala, además de la cocina», destacó Sergio Rodríguez.

En cuanto a la elaboración, existen varias maneras de preparar el carajillo. Los ingredientes estrella de este combo son el ron, el café, la canela, el limón y el azúcar. Pero los más aficionados podrán degustarlo con una ejecución de lo más variada durante la Ruta del Carajillo, en la que algunos de los establecimientos participantes son Ataula, Estraperlo, La Sacristía, La Tasqueta de Marañón o Cañadas, entre otros, hasta llegar a los 64. «Castellón puede presumir del carajillo. Forma parte de nuestra gastronomía y tiene potencial para convertirse en gancho turístico. Esperamos repetir el año que viene», declaró Patricia Puerta a Mediterráneo.

La historia del carajillo

Debemos remontarnos a finales del s. XIX, a la Guerra de la Independencia de Cuba. Durante la invasión de las tropas españolas, al escasear las provisiones, los soldados tuvieron que abastecerse de los productos autóctonos, entre los que se encontraban el café y el ron. La mezcla de ambos les daba coraje, a lo que la frase común era «vamos a coger corajillo» antes de entrar en combate. De ahí se obtuvo el resultado, corajillo-carajillo.