Juan Bautista Cardona Vives dejó huella en Castellón y ahora, cuando se cumplen 123 años de su muerte, el Ayuntamiento de la ciudad que le vio nacer, la Basílica de Lledó y BP, rinden tributo a su figura con un busto-monumento que se inauguró ayer en la plaza que recibe su nombre, con la presencia de las autoridades municipales, encabezadas por el alcalde, Alfonso Bataller.

Posteriormente, se celebró una misa en acción de gracias por su vida y obra en la parroquia de la Santísima Trinidad, donde está su sepulcro.

El busto en bronce, obra del escultor Juan Bautista Adsuara Ramos, reposa sobre un pedestal construido por las brigadas municipales con piedras góticas de la antigua iglesia concatedral de Santa María, custodiadas por el Ayuntamiento tras ser derribada piedra a piedra en el año 1936. Desde ahora, servirán de base para el busto de quien fue su arcipreste y principal valedor.

TRAYECTORIA // Sacerdote, prior de Lledó, arcipreste de Castellón e Hijo Predilecto de la ciudad después de su caritativa contribución en la epidemia de cólera de 1885.

Nacido el 3 de agosto de 1814 en la calle Caballeros, 6, fue el tercer hijo de seis hermanos, todos varones. Sus padres fueron el morellano Aurelio Cardona Beneyto y la castellonense Josefa Vives Giner. Su primera misa la celebró, en 1857, en la arciprestal de Santa María. Por su gestión las religiosas de la Consolación comenzaron a atender en 1858 a los enfermos en el Hospital Provincial. El 12 de septiembre de 1863 fue nombrado arcipreste de Castellón y prior del Santuario de la Mare de Déu del Lledó.

Habiendo fallecido sus padres y hermanos, sin descendencia, Cardona Vives entregó su inmensa fortuna familiar a la ciudad de Castellón. Falleció el 2 de diciembre de 1890, con 76 años, teniendo de su propiedad la ropa y alpargatas que llevaba. De su testamento se construyeron las iglesias de la Santísima Trinidad y la Sagrada Familia, el colegio de las Escuelas Pías y el monumento al rey Don Jaime. H