De la misa pontifical presidida por el obispo a los gozos y la veneración en el cambril. Castellón agasajó a la Verge de Lledó, a la mareta, en su día grande.

La imagen salió al encuentro con los castellonenses arropada por los representantes de las 19 gaiatas, las cortes y las reinas, Estefanía Climent y Berta Montañés, las Camareras de Nules, las Hijas de María Inmaculada, la Asociación Verge de Lledó de Argelita y las cofradías Cristo de Medinacelli, Santa María Magdalena, Paz y Caridad y la decana, la Purísima Sangre. De riguroso negro, y con teja y mantilla -ellas- fueron abriendo el camino a la patrona por la avenida de Lledó.

Sobre los hombros de los barreros, la patrona salió de la basílica para encontrarse con el pueblo. Una bella estampa la que se vio cuando saliendo del dintel de su templo, empezaron a voltear las campanas -que no dejaron de sonar hasta su regreso- y arrancaron los vítores y aplausos de un público acalorado. Sobre los hombros de los barreros, la virgen dio sus primeros pasos balanceándose y bajo una lluvia de pétalos de rosa, y así volvió a entrar a la basílica, sobre las 21.00 horas.

Emotiva fue la procesión para los devotos, pero especialmente para el clavari de este año, Álvaro Ferragut, que no pudo contener las lágrimas y acompañó a la Mare de Déu de Lledó con mucho sentimiento. También vivió su día de forma muy especial el Perot de este año, Antonio Viciano, y los miembros de la cofradía de Lledó, encabezados por su presidente, Ferrán Barberà.

Acompañaron a la mare de la Plana varios miembros de la corporación (de todos los partidos menos de Castelló en Moviment), encabezados por la alcaldesa, Amparo Marco, y la vicealcaldesa, Ali Brancal. Junto al clavari desfiló el edil de Ermitas, Enric Porcar, y con la Purísima Sangre, Salomé Pradas. También estuvieron Antonio Lorenzo, Sara Usó, José Luis López, Mary Carmen Ribera, Begoña Carrasco, Juan José Pérez Macián, Vicent Sales, Carlos Feliu, Vicente Guillamón, María España y Vicente Vidal.

Ellos cerraban la procesión seguidos por la Banda Municipal de Castellón, que bajo la batuta de José Vicente Ramón, interpretó sus marchas procesionales.

SALVE Y GOZOS

El obispo, Casimiro López Llorente, mientras los barreros balanceaban a la virgen a las puertas de la basílica, tomó la palabra para dirigirse a los presentes: «Hoy, el Domingo del Buen Pastor, la virgen nos atiende, nos escucha. Quienes en Dios confían, nada les falta». «La fraternidad universal supera la crispación, el rencor y el odio. Ayudemos a los enfermos, a los marginados, a quienes hayan perdido el sentido de la orientación de la vida», manifestó López Llorente.

Tras su discurso, el canto de la salve popular y la sentida entrada de la patrona al templo. Los gozos, a cargo de la Coral de la Associació de Barreros Mare de Déu de Lledó, y entonados por decenas de creyentes, pusieron el punto y final al día grande de Castellón. «Visca la reina del cel, visca la nostra patrona, visca la Mare de Déu de Lledó».