Este viernes, 22 de noviembre del 2019 quedará para siempre marcado en negro en el calendario de Castellón. Y es que este mediodía ha fallecido una de las personas que más ha hecho por los marginados de la provincia durante los últimos años, Ricardo García, conocido por toda la ciudad de Castelló como el Padre Ricardo. El Ayuntamiento ha decretado un día de luto oficial por su muerte.

El funeral por el párroco, ordenado en Tortosa el 25 de octubre de 1953, se realizará este sábado 23 de noviembre a las 17.00 horas en la Concatedral de Santa María de Castelló. La misa exequial estará presidida por Casimiro López Llorente.

Nacido en el Forcall en 1930, su incansable labor en pro de los más necesitados en una vida abnegada entregada al prójimo fue reconocida en septiembre del 2014, cuando fue condecorado como Hijo Adoptivo de la ciudad de Castelló con Alfonso Bataller como alcalde. “Cualquier palabra sobre el Padre Ricardo y toda la gente que le rodea quedaría empobrecido delante del testigo sincero, la mirada o el abrazo de cualquiera de las personas que acuden a su comedor”, afirmó entonces en el acto el primer edil.

No le faltaba razón a Bataller, pues la Obra Social de Integración al Marginado (OSIM) del Padre Ricardo ha atendido de forma ininterrumpida y desinteresada a miles de personas que vivían en la calle, enfermos o que sufrían la lacra de la drogadicción bajo una caridad cristiana que el sacerdote aplicó en todos y cada uno de sus actos durante la longeva trayectoria vital recién concluida. En la Casa del Padre Ricardo no han faltado nunca un plato caliente, una conversación cálida o ropa con la que soportar mejor el frío para quien lo ha necesitado, estirando los recursos hasta límites insospechados.

El Hijo Adoptivo de Castelló, que también recibió la más Alta Distinción por parte de la Generalitat Valenciana en el 2009, desarrolló su actividad pastoral en la capital de la Plana desde 1979, aunque sobre toda su labor ha destacado su albergue para transeúntes, que a diario da de comer a unas 50 personas; cifra que aumenta los fines de semana, llegando incluso al centenar.

Destacar que el sacerdote llegó a ser vicario episcopal bajo el pontificado del obispo Pont i Gol, pero con el mandato del obispo Josep Maria Cases dejó sus responsabilidades en el gobierno de la Iglesia para dedicarse a atender a los más pobres y desfavorecidos.

Desde ‘Mediterráneo’ nos sumamos al dolor de sus familiares y amigos.