Castellón tiene un turismo nacional fiel que, un verano más, se está interesando por pasar aquí sus vacaciones. ¿La diferencia? Hay consultas por fechas disponibles, entran llamadas y prerreservas, a cuentagotas, pero ningún negocio está exento de cancelaciones por la incertidumbre del covid-19. El sector afronta la campaña estival con más dudas, tras encadenar años dorados --por estas fechas siempre se vaticinaba récord de ocupación--. Pero eso sí, los alojamientos han activado promociones, descuentos y políticas de anulación más flexibles por el coronavirus, sin contar sus equipamientos y protocolos sanitarios para promocionar un Castellón seguro, a falta de concretar el uso de playas y piscinas (sujetas además a las fases de la desescalada).
Muchos kilómetros de costa con espacio para evitar masificaciones, un interior de casas rurales y apartamentos (ahora, más demandados) sitúan la provincia con puntos a favor, pero este año habrá más rivalidad entre los destinos nacionales. El presidente de la patronal turística Ashotur, Carlos Escorihuela, manifiesta que «los hoteles están esperando finales de junio y julio para reabrir». «Nadie espera grandes masas de extranjeros este verano, pero ni nosotros ni el resto de España. Apenas quien pase en coche (desde Portugal o Francia)», dice. Pero ¿vendrán galos a Castellón?. «Es que tampoco lo sabemos. Igual Francia hace campaña para que hagan las vacaciones en su propio país. España debe pelear porque los españoles veraneen aquí. Pueden venir a la provincia en coche y encontrar playas sin aglomeraciones», añade.
500 EUROS PARA GASTAR
La propuesta de Escorihuela, es clara: «Tenemos que conseguir que vengan familias con cheque-vacaciones. En Italia el Gobierno subvenciona con 500 euros las vacaciones para cada familia. Es un modelo a copiar». Por su parte, su homólogo en la patronal Altur-Hosbec, Alexis de Pablo, apunta que este verano será «desastroso y malo», pero tampoco lo dan por perdido: «Lo haremos lo mejor que podamos. Los hoteles estamos preparados».
¿Viviremos una campaña estival al estilo de la década de los 70, con más veraneante nacional y local de segunda residencia que turista, que igual gastará en la hostelería? «En Castellón, el modelo de los 70 no lo hemos acabado de dejar. La temporada pasada un 80% de nuestro turismo fue nacional y un 20%, extranjero. Con este apostábamos por desestacionalizar pero se ha quedado parado», indica.
«Este verano vendrá cliente fidelizado nacional, es el que nos salvará. Muchas familias de Madrid ya venían en coche, ni siquiera en tren. Y de otros países, quizás de Portugal o Francia, por carretera», señala. Y es que de los ilusionantes vuelos previstos, nada. La conexión con Marsella se sustituyó por un vuelo estival Castellón-Bilbao. «Es interesante por el nivel de renta y preferencia por el Levante de los vascos?, dijo. ¿Qué otros podrían funcionar? «Por pedir, los más alejados: Galicia o Andalucía», agrega.
Mientras, las empresas echan imaginación. En Orpesa, Marina d’Or quiere abrir el 1 de julio, con un protocolo seguro, y ofrece vacaciones al -45%, niños gratis y la opción de cancelar 48 horas antes. «Nos van llamando, sobre todo, de la zona centro», indican. En la Pobla de Benifassà-Sènia, el complejo Molí l’Abad, sorteaba en Instagram una noche en un bungalow en plena naturaleza. Su vídeo rozaba las 5.000 reproducciones tras una semana en la red.
EL INTERÉS POR VOLAR DESDE REINO UNIDO A CASTELLÓN EXISTE, PERO SE DESPLOMA
Si el turista internacional ya tenía poco peso en Castellón, apenas un 20%, este verano, todavía más, con la incertidumbre de las fronteras y espacios aéreos. El director de inteligencia turística del Invatur, Mario Villar, señala que pese a todo hay interés por volar a la provincia. «Nuestro programa contabilizó, del 1 al 10 de mayo, 191 búsquedas desde Reino Unido para volar a Castellón, entre junio y octubre, con una media de 6,4 días», indica. ¿Y en el mismo periodo del 2019?: 3.483. A años luz. Con todo, quien lo consulta puede ser turista, dueño de segunda residencia, castellonense emigrado, etc.
