El sindicato CSIF califica de propaganda las medidas anunciadas por la Generalitat como el plan de prevención de agresiones en el entorno sanitario que ha anunciado el Consell y que, “aparte de no estar en marcha, carece de dotación y recursos con lo que no servirá de nada” augura Vicente Navarro, portavoz sindical.

El sindicato pide el fin de las ‘medidas fantasma’ con motivo del Día Nacional contra las Agresiones a Sanitarios que se celebra este jueves. Según su portavoz, “en menos de 3 años se han registrado 84 agresiones a personal sanitario en la provincia de Castellón” y cita datos del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Provincia, que detalla además que la categoría profesional más afectada es la de los médicos con 33 casos, seguida de enfermería con 21, auxiliares administrativos registra 14, auxiliares de enfermería 9 y celadores con 5. Otras dos agresiones registradas no se engloban en estas categorías principales.

“No son todos los que están ni están todos los que son- matiza Navarro- que estima que la estadística no es la realidad, ya que hay una grave infradeclaración” explica el representante sindical, en alusión a que la mayoría de las veces el personal sanitario no denuncia, “a veces por miedo, a veces porque hay cierta desinformación y por último, porque se sienten parte de una plantilla cuyos responsables políticos forman parte de la nómina de culpables de que los ambulatorios estén colapsados, las urgencias registren largas colas o de que las listas de espera se eternicen por falta de personal asignado”.

En cuanto al análisis de CSIF en la provincia de Castellón destacan hitos como la Tasa de Agresiones por cada 100.000 usuarios (SIP) que refleja que en departamentos como el de Vinaròs, las agresiones se han multiplicado exponencialmente desde 2015, “lo que viene a refrendar la denuncia del sindicato de que las agresiones en muchas ocasiones están en gran medida relacionadas con las carencias sanitarias, falta de recursos o pasividad de la administración para dar solución a listas de espera y cobertura de bajas en plantillas”. Resulta absolutamente imprescindible analizar el “motivo de las agresiones”, dejando claro que no hay motivo que justifique ni una agresión ni siquiera una simple falta de respeto al profesional de la sanidad, ya sea médico o celador.

Un buena parte de las agresiones se producen por el carácter violento del usuario, pero un número nada desdeñable de ellas son por razones directamente derivadas de la ineficacia en la gestión “y solucionar esto sí que está en manos del Consell”. En este sentido, la Central Sindical exige al ejecutivo que tome medidas “reales y realistas” y que no se remitan a la propaganda del oportunismo cuando se registra un nuevo caso de violencia física o verbal.