Castellón avanza para convertirse en «una ciudad más sostenible». Así lo destaca la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco, que ayer asistió a la inauguración (en realidad lleva ya un mes en marcha) del servicio que permite más que duplicar las zonas verdes de la ciudad que se riegan con agua reutilizada. Con los casi 200.000 metros cuadrados que ahora se han sumado (los del parque Rafalafena, del Auditori, el PAU Lledó y las zonas verdes de la ronda Norte, como el bulevar Blasco Ibáñez), son 358.000 metros cuadrados, lo que equivale a alrededor de 50 campos de fútbol, señalaron los técnicos municipales.

Se da así un salto en la reutilización de agua procedente de la depuradora, que va a parar a las zonas del casco urbano más cercanas a la misma. Y es que esto se ha logrado gracias a diferentes inversiones en mantenimiento de conducciones, por lo que el coste total se distribuye entre varias actuaciones. De esta manera, todas aquellas zonas verdes se suman tanto al Pinar y como al Parque Litoral, que ya se estaban regando con agua reciclada.

Amparo Marco, como los ediles de Servicios Públicos, Rafa Simó, y Sostenibilidad Ambiental, Sara Usó, resaltó la medida, que se enmarca en la intención del equipo de gobierno de convertir Castellón «en una ciudad pionera en medio ambiente y sostenibilidad», señaló la alcaldesa.

Las zonas que se riegan con este tipo de agua, así como las conducciones y elementos necesarios para que llegue a la ciudad, están marcadas en color morado (así lo fija la legislación). Esto cumple una doble función: evitar confusiones para que no se beba de allí y «concienciar» a la ciudadanía sobre la necesidad de ahorrar agua, apuntaron Simó y Usó.

De hecho, los dos parques que ahora pasan a regarse, el de Rafalafena y el Manuel Babiloni del Auditori, antes se regaban con un pozo ubicado junto a ellos. Su agua, que tiene menos calidad que la reutilizada, se aprovechará, con un nuevo punto de recarga, para limpieza o baldeos.