El proyecto para construir un trazado diferente de la N-232 en el puerto de Querol «maquilla» la paupérrima licitación de obra pública en la provincia de Castellón, como reconoce el presidente de la patronal de empresas contratistas de la Comunitat (Fecoval), José Luis Santa Isabel. De no ser por esta actuación (que por sí sola supone más fondos que los consignados en el 2013 y el 2014 en la provincia y se queda a solo 5 millones de los del 2015), la caída de los concursos de obras de la Administración sería notable.

Y es que, excluidos los casi 65 millones de esta obra, entre las tres administraciones solo se ha destinado, en los nueve primeros meses, obras por valor de 16,45 millones al territorio castellonense. Una cifra «de risa», reconoce el director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat (CCCV), Manuel Miñés.

Y de esta caída no se salva casi nadie. El Gobierno solo lo hace por la citada N-232 en Querol. Pero si se observan sus cifras fuera del mes de junio, cuando licitó aquella obra, dan ganas de llorar. Tan solo ha sacado a concurso 1,5 millones para otras actuaciones.

En cuanto a la Generalitat, el panorama no es mejor. De enero a septiembre (cuyo estudio hizo ayer público la patronal de las grandes constructoras Seopan) ha sacado a licitación un 88% menos que el mismo periodo del 2015: frente a los más de 39 millones, este año ha licitado 4,5.

La Administración local sí ha aumentado su inversión. Exactamente un 7%, al pasar de los 9,7 millones de los nueve primeros meses del año pasado a los 10,4 de este. Eso sí, hay diferencias en su seno. Según un estudio de CCCV, la Diputación provincial solo ha sacado obras por valor de 572.000 euros. Frente a esto, el Ayuntamiento de Castellón ha licitado obras valoradas en 1,9 millones y el resto de consistorios provinciales 7,9 millones.

Con este panorama, el sector está en una situación «lamentable», apunta Santa Isabel. De ser una sector generador de empleo, ha perdido «el 56%» de todos los puestos durante la crisis.