El sector de las aeronaves pilotadas por control remoto va a más en Castellón. En solo un año los operadores autorizados de drones se han duplicado --de 12 a 27 en este 2019-- y, si se compara con el 2017, la cifra registrada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) se ha quintuplicado.

Que te sobrevuele un dron será cada vez más frecuente, si bien bajo ciertos requisitos, pues desde Europa se ha planteado endurecer la normativa para evitar ilegalidades. Los pilotos con licencia profesional en la provincia --el aeroclub es una de las academias formativas-- se sitúan ahora en 36. El sector, eso sí, atisba un boom, ante una diversificación de los usos que se ha disparado. Prueba de ello es la iniciativa de la Diputación de emplear drones en los tratamientos de lucha contra la plaga de mosquitos.

De Reyes a S.O.s. / Desde los primeros escenarios del dron como regalo estrella de los Reyes para el uso lúdico de jóvenes y no tan jóvenes, su función social, vital ante una emergencia, va a más.

En el ámbito profesional, los fotógrafos ya vienen utilizando drones en Castellón para trabajos de precisión en bodas, festivales, empresas o negocios turísticos; o en el seguimiento, paso a paso, de obras urbanísticas, como depuradoras. La captación de imágenes a gran altura, en trabajos de construcción o reformas de naves industriales, han evitado el riesgo laboral de los empleados. Así queda reflejado en los books de trabajos de empresas castellonenses, que vienen a constatar que los drones se han convertido hoy en día en un instrumento más del trabajo diario en la provincia.

La seguridad ciudadana y el tráfico son otros de los ejes de estos vehículos aéreos no tripulados en Castellón, donde han sido protagonistas involuntarios.

Así, se emplearon estos aparatos en la búsqueda de la vaca Rebeca, huida en Burriana; o en la vigilancia del campo para evitar robos, en Nules o la Vall d’Uixó. Las Unidades Militares de Emergencias las utilizaron en sus prácticas en Els Ports; y la propia Agencia Tributaria rastreó el territorio en busca de construcciones ilegales (casas de campo, piscinas,...) que hubieran esquivado al fisco y al Catastro. En Almassora, un grupo de estudiantes ha planteado los drones como apoyo a los guardas forestales para proteger el Millars y ofrecer primeros auxilios si hay un S.O.S.