Castellón tiene costa, puerto, aeropuerto, cada vez mejores comunicaciones terrestres, el tercer carril ferroviario, sol y gastronomía. Sinergias apetecibles para el inversor. Aunque fiscalmente no tiene autonomía para favorecer la implantación de empresas, los ayuntamientos sí pueden facilitar la cesión de terrenos y/o centros de negocio, pero el problema es la falta de plena actividad económica.

Ahora, quien trabaja o crece son las empresas que ya iban bien; los negocios pequeños están muertos. El centro sigue con locales, bien situados, pero vacíos; y si algo alquilar los API es alguna vivienda.

Otro hándicap es la nueva reestructuración de la banca, que conllevará más despidos y competencia en el sector servicios, con más personas cualificadas. Ahora solo sectores agroalimentario y sociosanitario crean empleo, y el cerámico depende de la exportación. Los Gobiernos estatal y autonómico podrían dar facilidades, como eliminar el impuesto de actividades económicas; o suavizar la sucesión en empresas para evitar perder personal. H