En la fecha más cercana a la festividad litúrgica del día, que segun la tradición nació la Mare de Déu y fiesta de las vírgenes encontradas (8 de septiembre), la basílica de Lledó acogió el ya clásico paso por el manto de la imagen de la patrona de la ciudad.

Más de 200 personas, con bebés de apenas unos días y niños pequeños, además de personas mayores y mujeres embarazadas de Castellón, y de diversos pueblos de la provincia como Nules, Benicàssim o Almassora, quisieron abrazar la capa protectora y milagrosa de la patrona, la Lledonera, que fue bajada desde su camarín hasta el altar mayor en una ceremonia de fe y tradición.

Una función religiosa que se prolongó por espacio de dos horas en el templo basilical. La imagen de la virgen vestía manto de color azul. Una vez más, los castellonenses veneraron a su advocación mariana más querida.