El pleno del Consell aprobó ayer de forma definitiva la modificación del topónimo de la capital, para que pase a denominarse, de forma exclusiva, Castelló de la Plana y Grau de Castelló, y desaparezcan Castellón de la Plana y Grao de la denominación oficial.

La ciudad arranca así la semana grande de sus fiestas fundacionales como Castelló, el nombre avalado por expertos lingüistas y historiadores y por los plenos del Ayuntamiento y de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Castelló ya no es Castellón, a falta de la publicación del decreto aprobado ayer viernes en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) y en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para que entre en vigor oficialmente; trámites que se consideran ya meros formalismos y que se espera materializar en los próximos días.

A FINAL DE MANDATO // Se modifica el topónimo en la recta final del mandato, en uno de los últimos plenos del Consell, con Les Corts ya disueltas por la convocatoria de elecciones del 28-A, y a dos meses escasos de los comicios municipales del 26 de mayo de los que saldrá una nueva corporación.

La portavoz del equipo de gobierno, Verònica Ruiz, reconoció que con esta aprobación se culmina un expediente impulsado desde el equipo de gobierno con el asesoramiento de expertos y que, pese a que «blindado no hay nada», confía en que no se vuelva a modificar si gobierna el PP tras las elecciones. El concejal de Normalización Lingüística y vicealcalde, Ignasi Garcia, reconoció que el OK del Consell «es una muy buena noticia, por todo el trabajo realizado y porque avala la petición de la sociedad civil y de los expertos, evidenciando que los intentos de la derecha de crispar y crear problemas donde no los hay, no tienen repercusión».

Además, Garcia recalcó que la modificación del topónimo «no va a suponer ningún desembolso económico extra», que la nueva denominación se irá incorporando en el ámbito administrativo y que las señales de la ciudad se irán cambiando de forma progresiva, conforme se vayan estropeando y haya que reponerlas.

La normalización del topónimo cierra así un largo camino iniciado hace más de un año con un manifiesto rubricado por cuatro firmas de referencia cultural, histórica y lingüística, que avalaron el cambio al considerarlo una «reparación histórica». El hijo predilecto de la ciudad, Germà Colón; el cronista de la ciudad, Antonio Gascó; el profesor de la UJI especialista en Derecho Foral, Vicent Garcia Edo, y Vicent Pitarch como miembro del Institut d’Estudis Catalans, respaldaron así el inicio de la oportuna tramitación a instancias del edil de Normalización Lingüística.

PLENOS Y AVL // La idea era dar vía libre al expediente municipal en el pleno de febrero del 2018, pero desde el PSPV se pidió una campaña informativa y divulgativa previa, que aplazó el debate hasta el pleno del 31 de mayo. Tras otras dos sesiones plenarias -el 21 de junio y el 29 de noviembre- los socios del Pacte del Grau (PSPV, Compromís y Castelló en Moviment), con el rechazo de PP y Ciudadanos, dieron vía libre a la modificación que, junto con el preceptivo informe técnico, elaborado por el doctor en Filología Románica y catedrático de Escola Universitaria de la UJI, Lluís Gimeno Betí, se remitió a la administración autonómica.

El 1 de febrero pasado, el pleno de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) aprobó por unanimidad el informe para adaptar el topónimo. Lo hizo con el visto bueno de sus 21 académicos.