El uso de aparatos electrónicos al alza y, sobre todo, su renovación, más aún después de las fechas navideñas, unido a la obsolescencia programada, es uno de los factores catapulta que han disparado los residuos electrónicos en los últimos años. La basura tecnológica que genera un castellonense en doce meses ya supera los seis kilos por persona, si se tiene en cuenta que durante el 2019 en la Comunitat Valenciana se generaron 30.846 toneladas de este tipo de residuos electrónicos, que año a año va a más. No en vano, en los últimos seis años se ha elevado un 82%, al pasar de casi 17.000 toneladas en el 2014 a las más de 30.000 de este último año.

EN ESPAÑA, 9 KILOS / En el conconjunto estatal, el Ministerio de Transición Ecológica se ha marcado unos mínimos de recogida de residuos de aparatos de uso doméstico de 373.946 toneladas en el ámbito doméstico; y 62.995 toneladas, en el profesional. Unas cifras que darían un mínimo de 9,35 kilos por habitante y año, de hecho, en la Comunitat Valenciana ya se recoge una media de 6 kilos por persona y anualidad.

Para cada autonomía, el Ministerio ha fijado unos mínimos de recogida separada de basura tecnológica, que en el caso de la Cojunitat es de 39.726 toneladas domésticas y 6.692 profesionales, por lo que aún quedaría una cuota pendiente para alcanzar esta marca. Con todo, la recogida, tan importante para su posterior reciclaje, va a más. Según los últimos datos proporcionados por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, el incremento durante el último año 2019 ha ascendido a un 6,86% respecto al 2018.

¿DÓNDE LO DEPOSITO? / La cifra, además, se corresponde sobre todo con desechos de origen domésticos gestionados por todos los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada (SCRAP) que se reparten por el territorio valenciano: Ambilamp, Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolec, Ecolum, Eco-Raee’s, Ecotic y ERP. En sus páginas web ofrecen buscadores geográficos. Estas empresas cuentan con puntos de recogida en comercios colaboradores y grandes superficies, algunas de electrónica. Y es que una batería de móvil puede contaminar más de 50.000 litros de agua.

Uno de los proyectos que puede impulsar definitivamente la gestión de la basura electrónica, y de ahí su posible reutilización, es la adaptación de los ecoparques. En abril del 2019 el Plan de Residuos de la Comunitat Valenciana refirió en uno de sus apartados que, en el plazo máximo de un año a partir de esa fecha --abril del 2020, por tanto--, las instalaciones de ecoparques deberían adaptarse y cumplirse los objetivos marcados.

Por otro lado, fija la fecha del 2022 para determinar que antes de entonces «se deberá habilitar por parte de los consorcios y entidades locales responsables de los servicios de valorización y eliminación, al menos en cada una de sus áreas de gestión, una instalación de preparación para reutilizar voluminosos y RAEEs (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos), en un ecoparque fijo, instalación de valorización principal, planta de transferencia o instalación separada específica al respecto, según determina cada entidad responsable».