¿Te planteas dar un giro radical a tu día a día y emprender un proyecto de vida en el mundo rural de Castellón? Los pueblos del interior en riesgo de extinción buscan familias que se planteen fijar allí su residencia, pero de manera estable, no por probar. Un desafío que no es nuevo pero que ahora más que nunca toma impulso con programas específicos como Reviu. Un plan de cobertura autonómica, auspiciado por la Generalitat, a través de la Agenda Valenciana Antidespoblación (Avant) y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). Invitan a los candidatos a rellenar un formulario, estudian su perfil y su verdadera vocación de quedarse a vivir en las comarcas despobladas; y les ayudan en los trámites de buscar empleo y vivienda. Ante la falta de relevo generacional, ellos se convierten en una pieza fundamental para que no desaparezcan servicios como bares, tiendas o las escuelas, un seguro de vida para el futuro de estas comarcas más olvidadas, fuera de la campaña turística. Zucaina, Torralba del Pinar, Cirat, Argelita, Matet, Almedíjar y Cinctorres son los elegidos para la primera fase de repoblación. Con los brazos abiertos, algunos ya han recibido a su familia, y otros, la esperan en las próximas semanas, antes de noviembre; y luego, se sumarán nuevas poblaciones, hasta diciembre. La directora general de la Agenda Valenciana Antidespoblación, Jeannette Segarra, explica que «desde el verano, cuando arrancamos, en agosto, se han presentado cerca de 50 candidaturas al programa Reviu». Se hace un cribado y se pasa a los ayuntamientos. La respuesta está siendo muy buena hasta ahora y la idea es crear una plataforma digital para difundir todavía más Reviu y fomentar una bolsa de viviendas para alquilar, pues escasean --aunque muchas están deshabitadas la mayor parte del año, no todos están dispuestos a arrendar--, y supone un verdadero hándicap a la hora de atraer nuevos habitantes.

Ligado a este problema del mercado inmobiliario rural, con alquileres bajos que no todo el mundo ve rentables (de los 200 a los 400 euros al mes), el testimonio de Miguel y Consuelo, vecinos de Almedíjar, emociona. Tenían una casa a la venta, compartida con otros familiares, pero se decidieron a comprar el resto de partes para poder alquilarla y ayudar a una de las futuras familias residentes. Todo por el futuro del pueblo y su relevo generacional. Son clave para abrir la escuela. Un gesto de agradecer en estos tiempos. «La casa era de una tía y quedó para los cinco primos. Estaba en venta. Pero cuando surgió la necesidad de alquilarla mi hijo nos convenció para comprarla nosotros y así que se pudiera establecer la familia. Faltaba solo un niño para abrir el colegio. Un pueblo sin niños es muy triste. Tengo 70 años y he conocido Almedíjar con 650 habitantes, 30 niños y 30 niñas», reflexionó Miguel. En Argelita, el concejal y teniente de alcalde Amadeo Llach explica que este enclave «se encuentra en el Alto Mijares, la zona más despoblada de la Comunitat , pero es turística. En su día, se vivió el éxodo de vecinos a Barcelona, Castellón, etc. Pero conservan aquí su segunda residencia y, aunque gran parte del año están vacías, no quieren deshacerse de esas casas, ni vender ni alquilar, pues pasan aquí las vacaciones». Con todo, van encontrando soluciones como pueden. Por ahora, en poco tiempo, han recibido a tres nuevas familias y han pasado de tener a solo un niño a 12. Una cifra que supondrá poder recuperar la escuela el curso próximo --este año irán a clase a Fanzara--. Se rescata tras más de 40 años desde que cerrara la última, en la década de los 70, en un edificio ya reconvertido; por lo que barajan con Educación varias ubicaciones. «Tenemos una pareja que ha llegado desde Almería con sus hijos, gracias al Reviu, se les ve entusiasmados; y a través de Servicios Sociales de Diputación, hemos traído a otra de Siria, refugiados de guerra, con mediación de Cruz Roja; y a otra de Madrid, tras un sondeo en redes sociales», relata. Argelita es un reflejo de muchos pueblecitos del interior. Tiene 140 habitantes censados, que llegan en verano a 1.500, se multiplican por diez. Los negocios locales tiran para hacer caja en verano, Pascua y navidades, cuando hay más gente. Esta campaña estival muchos, con opción de teletrabajo por el covid-19, han estirado su estancia hasta octubre. Llach vive con pasión «la forma de vida diferente, en plena naturaleza», pero no oculta que «estamos infrafinanciados y faltan más servicios, en especial, sanitarios. Contamos con consultorio médico pero si tiene que llegar una SAMU el tiempo de espera es largo». Más de la mitad de municipios de Castellón tienen menos de 500 habitantes. Aquellos con riesgo de desaparecer son 79, de los 135. El programa Reviu consigue profesionales que los municipios requieren, ahora, sobre todo, «en sector turístico; bar, hospedaje, etc.. cada municipio tiene una necesidad. Los ayuntamientos están felices de recibir gente», manifiesta la responsable de Avant. Uno a uno, los primeros siete, reciben estos perfiles: Matet, a una pareja de especialistas en márketing y dinamización de hoteles y restaurantes, sin hijos, que se quedan el hostal y el restaurante, municipal, ahora cerrado». En Almedíjar, una diseñadora gráfica e ilustradora que llega con su hijo y será clave para reabrir la escuela. En Argelita, una familia que empezará trabajando para jardinería y mantenimiento del pueblo En Torralba del Pinar, cogerán el bar municipal, y hay dos familias interesadas, de la Comunitat y Madrid. En Cirat, necesitan reabrir la escuela de cara al próximo curso; y hay disponible una carnicería donde trabajar; aquí opta también una familia de la Comunitat y otra de Madrid, una de las zonas desde donde llegan más solicitudes. En Zucaina, se busca un perfil emprendedor y con hijos para reabrir la escuela el curso que viene: Reviu les ofrece candidatos pero, directamente al ayuntamiento, por otra vía, les han llegado más de 7.000 solicitudes y deberán hacer un cribado. En Cinctorres quieren tomar las riendas del bar del chiringuito.

DE VALÈNCIA A ALMEDÍJAR: "Es otro estilo de vida y la escuela rural ofrece calidad"

Apenas 60 kilómetros separan su actual hogar del que les espera en las próximas semanas. Valentina Romero (32 años) ultima su traslado de València a Almedíjar, un sueño conseguido, tras cumplir los requisitos del programa de repobladors Reviu y ser seleccionada para repoblar esta localidad del Alto Palancia. «Vivo en la ciudad pero hace tiempo que le daba vueltas a la idea de cambiar al mundo rural. Tengo una amiga que se mudó recientemente a Almedíjar», relata, y eso también me animó. «Durante el tiempo de confinamiento por el covid-19, se afianzó todavía más esa idea, sobre todo, por mi hijo, de 8 años. Vivir en un pueblo como Almedíjar es otro estilo de vida y, además, con una escuela rural, con pocos niños, brinda una educación de calidad», sostiene la joven. Su hijo, de hecho, será clave para recuperar la escuela, que necesitaba un alumno más para poder reabrir. Ilustradora y diseñadora gráfica por cuenta propia, tiene la confianza de que, con teletrabajo, podrá llevar adelante planes laborales vinculados a imagen corporativa y redes sociales de asociaciones, proyectos sociales o medioambientales de la comarca.El hándicap de la vivienda ha demorado en parte su mudanza. «Primero nos surgió la oferta de una vivienda, pero luego al ver que el alquiler mínimo era para cinco años se echó atrás. Fue en julio. Pero al final nos ofrecieron otra casa», señaló con mucha ilusión.

DE ALMERÍA A ARGELITA. "Me gusta la tranquilidad y que mis hijos se críen aquí"

Paula Cadavid (40 años), su marido y sus dos hijos de 6 y 12 años, son los nuevos habitantes de Argelita desde esta misma semana. Llegaron en autobús tras muchas horas de viaje desde Roquetas de Mar (Almería) para instalarse, tras ser seleccionados por el programa Reviu. No habían estado anteriormente en Castellón pero tienen el convencimiento firme de que este cambio de aires en un entorno rural va a ser positivo para ellos. «Siempre me ha gustado la idea de vivir en un pueblo, la tranquilidad y que mis hijos se críen en ese ámbito», relata. ¿Y cómo se enteraron de que existía este programa de repoblación? Fue a través de una emisora latina, durante el verano, y rellenaron de inmediato la solicitud. Y más adelante, la noticia, ¡seleccionados! «Nosotros, además, queremos trabajar. Y valoramos un empleo fijo y estable. Por ahora, mi marido se encargará de jardinería y labores de mantenimiento, dando servicio al pueblo», aseveró.

DE MÓSTOLES A CINCTORRES: "Es un cambio y mentalmente debes estar preparado"

En pleno corazón de Madrid, en Móstoles, Nidia Paola Perlaza (36 años) aguarda a que pasen las restricciones de movilidad para poder cumplir su sueño de cambiar a una nueva vida, mejor, en Cinctorres. «La idea es poder establecernos allí este mes de octubre, con mi marido y mis hijos de tres y cinco años», afirma. Tenía una tienda de ropa infantil pero tuvo que cerrar por el impacto económico del covid-19 en las ventas. Y un día escuchando la radio, se enteró del programa Reviu, rellenó el formulario y surgió «esta nueva oportunidad». «Es un cambio y mentalmente tienes que estar preparada, pero me gustaría criar a mis hijos en ese entorno de aire puro, naturaleza y cercanía de la gente. En Madrid, si mi hijo va por la calle y saluda no es lo mismo que aquí, en el pueblo, donde todos los vecinos se conocen y se apoyan», relata. Su esposo finalizó un contrato temporal en el sector de la seguridad Ahora, en el plano laboral, van a encargarse de la gestión del bar del chiringuito en el municipio de Els Ports. «Tengo experiencia en hostelería. Somos conscientes de que el cambio es tremendo pero aseguró que será positivo. El anterior propietario pudo llevar a sus hijos a la universidad», concluyó. La pareja, con hijos pequeños, tiene la esperanza de poder cumplir este sueño y ofrecerles estudios para que se labren un buen futuro.