El Ministerio de Hacienda, de quien depende la Dirección General del Catastro, afirma que, en el marco del Plan de Revisión Catastral 2013-2016 que trata de sacar a la luz construcciones no declaradas, “nunca, salvo error, se están valorando invernaderos de plástico o mallados”.

Esta es la respuesta del Ministerio a la noticia que desveló el martes Mediterráneo en la que la Unió de Llauradors i Ramaders denunciaba valoraciones desmesuradas de instalaciones de este tipo, ilustrada con una de Vinaròs, valorada en 443.000 euros.

La intención de las fuentes ministeriales es “tranquilizar al sector” y tratar de dejar claro que no se están tratando de regularizar instalaciones de este tipo, sino solo aquellos invernaderos “que sean obra civil fija y permanente”. Eso sí, supone también el reconocimiento explícito de errores en el proceso de regularización. Sobre esto, desde la Unió indican que ha habido “muchos”, ya que son varios los informes que ha recurrido la organización agraria.

En este sentido, y sobre el proceso seguido para llevar a cabo las regularizaciones catastrales, las fuentes de Hacienda indican que, además de las fotografías aéreas, para valorar las construcciones se llevan también a cabo otras acciones, “hasta revisiones in situ”, algo que niegan en la Unió.

Sobre las valoraciones como si se tratase de “viviendas de lujo”, como denunció el sindicato agrario, desde el Catastro indican que las regularizaciones no se realizan “como bien urbano de uso industrial, no como si fueran edificios, sino como construcciones agrarias, que tienen una valoración diferente, más baja”. Y, en el caso de que aparezcan errores, “se solucionan en las alegaciones”.

Eso sí, las fuentes del Ministerio de Hacienda, preguntadas expresamente al respecto, no animaron a recurrir, al tiempo que señalaron que, tras los quince días de alegaciones y el mes previsto para remitir un “recurso de reposición a la Administración” --unos plazos “muy ajustados”, critican desde la Unió--, “siempre existe la posibilidad de presentar un escrito de subsanación de discrepancias o de rectificación de errores” con el que abrir de nuevo el proceso evaluador. H