Al problema que sufren los agricultores de Castellón con la sobrepoblación de jabalís, que provocan daños en cultivos, se suma ahora la de corzos, un animal cuya presencia ha aumentado de forma exponencial en la provincia y que los cazadores creen que será «la próxima gran plaga».

El vicepresidente y responsable del área de caza mayor de la Federación de Caza, Leonardo Gil, explicó a Mediterráneo que en los últimos diez años la población «se ha multiplicado», porque estos animales han encontrado un «hábitat ideal» en unas comarcas de interior en las que en los últimos tiempos «se han abandonado muchas tierras».

Pero no es solo eso, sino que también han ampliado su radio de influencia y ya no solo se encuentran en los alrededores de los bosques frondosos más característicos del interior, sino que ya es posible verlos con relativa frecuencia a escasos kilómetros de la costa. «En les Useres, por poner un ejemplo, calculamos que la población puede rondar los 50 ejemplares», sostiene Gil.

El aumento de corzos ha evidenciado que se trata de un animal «muy dañino para la agricultura», pues como pasa con los jabalís, «les encanta morder los brotes jóvenes, en especial de los almendros», lo cual dificulta el ciclo vital de los árboles en un sector con los márgenes ya ajustados.

MARGEN PARA CAZAR

Ante esta tesitura, los cazadores de la provincia tienen claro que urge revisar la normativa cinegética. Actualmente solo es posible controlar la población por rececho, que es una modalidad de caza que consiste en que la administración da permiso para cazar a un determinado número de animales por coto. En el caso de les Useres, que conoce de primera mano Gil, son solo dos por temporada, un macho y una hembra.

«Es un animal que habita mayoritariamente en bosques y que es muy difícil de encontrar y abatir porque es muy sigiloso y siempre le gusta estar rodeado de vegetación», indicó el responsable de la Federación de Caza, por lo que exigió al Consell «más permisos y poder dar caza a corzos también durante las batidas de jabalís». El periodo actual fijado por la Conselleria de Medio Ambiente finaliza el primer fin de semana de octubre.