Las asociaciones de cazadores de Castellón consideran «insuficientes» las actuales batidas de jabalís autorizadas en cotos y las llamadas esperas nocturnas, e insisten en que la Generalitat flexibilice los trámites, ahora muy lentos, para poder ejercer las capturas en zonas libres. Y es que la celeridad y la ampliación de permisos es clave para atajar una superpoblación que daña la agricultura pero también la seguridad de las personas, como reflejan los últimos impactos de cerdos salvajes contra un tren, como el Talgo del viernes noche; o coches, ocasionando accidentes de tráfico.

Precisamente, ayer, cazadores de Sant Jordi y Benicarló participaron en batidas donde capturaron cerdos salvajes en coto, donde el permiso se concede rápidamente, con cinco días de antelación. Antonio Peinado, presidente de la Sociedad de Cazadores San Huberto, de Benicarló, y delegado de la Federación de Caza en el Baix Maestrat, explicó que actuaron ante las peticiones de agricultores por los daños cometidos por los animales, que comieron cosecha de sandía este verano y, ahora, de alcachofas, cuando están en estado óptimo de calidad. «La batida ha sido en nuestro coto, aunque es término de Peñíscola. Es insuficiente porque quedan muchos animales en una zona libre próxima, donde se tarda mucho en obtener autorización para batidas, pues se recalificó urbana y ha estado cuatro años sin caza. Es un refugio para los jabalís, igual que la montaña».

Además, aunque tienen permiso «prácticamente diario, todo el año», para esperas nocturnas --para frenar las plagas de jabalís, conejos y urracas--, los resultados son ínfimos. «Por seguridad, como hay cámpings o chalets, participan menos cazadores y el área está muy acotada, con el gancho del maíz para atraer al jabalí, y un único disparo a cinco ó seis metros. Como mucho, se atrapa a uno. Desde octubre, se habrán abatido unos 20 aquí».

PROCESO LARGO / En opinión de Peinado, el camino para obtener permisos de batidas fuera de cotos es muy largo, y se pierde un tiempo preciado. «Primero se pide al Ayuntamiento y pasa por pleno antes de ir a Conselleria. La Generalitat debería contemplar una regulación más flexible en la próxima ley, pues hay demasiados problemas para cazar en la temporada que se permite», manifestó el representante.