Eran las ocho de la mañana cuando la jauría de perros de la Sociedad de Cazadores de Benicàssim comenzaba la búsqueda de jabalís en la primera batida autorizada del año en el término municipal de esta localidad, en concreto en el Desert de les Palmes, que finalizó, a las 13.00 horas, con 23 jabalíes abatidos.

Así lo cuenta el presidente de esta entidad, Juan Marqués, quien participó en la cita cinegética junto a otros 39 cazadores con el fin de disminuir y controlar a estos animales que causan molestias a los vecinos y destrozos en los campos. A pesar de la orografía escarpada del terreno, la batida -que cuenta con el permiso de la administración autonómica así como con la autorización del Ayuntamiento de Benicàssim y la colaboración de los agentes forestales y del Seprona- se desarrolló con normalidad y para hoy está prevista otra salida, también en la zona del Desert. Ahora, será la Conselleria de Medio Ambiente la que analice la carne de los animales cazados para, una vez finalizado el estudio, las piezas se repartan entre los cazadores para el consumo propio.

Piden vigilancia policial

Sin embargo, y a pesar de que la Sociedad agradece a la comunidad de propietarios de Montornés su implicación, no siempre llueve a gusto de todos. Marina Mas, una de las vecinas afectadas residentes en esta zona, denuncia que la batida de ayer se produjo «más cerca que nunca de las viviendas. Incluso los perros llegaron a estar a escasos metros de las puertas de los domicilios», asegura Mas, quien insiste en la necesidad de que haya una presencia policial que supervise la batida en las zonas más cercanas a los núcleos poblacionales como es el caso de la urbanización Montornés.

Esta vecina reivindica que la administración competente informe a los vecinos con suficiente antelación la realización de las batidas. «Ayer, los residentes no salimos a pasear con los perros y gatos, que ponen muy nerviosos por los tiros», dice.